Obama, grande entre grandes

<STRONG>Obama, grande entre grandes</STRONG>

Tal y como pronostiqué el pasado domingo, el Presidente Barack Obama resultó reelecto Presidente de Estados Unidos.

Se trata de una resonante victoria personal para el primer mandatario de raza negra en alcanzar la Casa Blanca, símbolo del poder de la principal democracia mundial,  cuya misión histórica habría quedado empequeñecida si su permanencia en la función pública más influyente del globo no hubiera sido extendida por otros cuatro años.

Para algunos, su  triunfo desafía la lógica política y la realidad económica de Estados Unidos, ya que Obama, del Partido Demócrata, sobrevivió este primer cuatrienio aferrado a su plan de salud, mejor conocido como Obama Care,  escenificando un constante enfrentamiento político con el Congreso dominado por el Partido Republicano, cuyas estrategias sintetizó Mitt Romney, candidato perdedor de la ajustada contienda.

Obama fue reelecto a pesar de una alta tasa de desempleo histórica (7,9), que ha confinado a millones de familias a un reducido nivel de vida. El déficit anual de la primera potencia mundial excede el trillón de dólares y la deuda nacional asciende a $16 trillones.

No fueron los eventuales errores de Romney los que reivindicaron la reelección de Obama, quien desplegó una campaña con más determinación que mensaje, apoyado sobre un enorme electorado demócrata que cree en él con fervor y considerando irrelevantes el contenido de muchas de sus políticas.

No obstante, Obama ingresa a la elite de lideres estadounidenses, quienes desde la década del 30 del siglo XX, han alcanzado la reelección después que Franklin Delano Roosevelt lograra ese hito tres veces: Dwight D. Eisenhower, Richard Nixon (renunciante debido al escándalo Watergate), Ronald Reagan, Bill Clinton, George W. Bush  Jr., y Barack Hussein Obama, los últimos tres de forma consecutiva.

Obama es un grande entre los grandes.

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