WASHINGTON .AP. A medida que se agota el tiempo, el presidente Barack Obama suavizó su postura y señaló ayer que respaldaría un acuerdo a corto plazo para evitar un desastroso impago de la deuda del gobierno el 2 de agosto, pero sólo si un acuerdo más amplio para recortar el déficit estaba en marcha. Obama convocó a legisladores a la Casa Blanca en un intento para encontrar los votos suficientes, tanto de los republicanos como de su propio partido.
El presidente, presionando para hallar una gran solución que reduzca el déficit presupuestario y amplíe la capacidad de endeudamiento del gobierno, había amenazado con vetar cualquier ampliación provisional del límite de la deuda del país. Incluso desafió al líder de la mayoría de la cámara, Eric Cantor, al decirle que no lo retara a aceptar el reto en un momento de confrontación. La ahora calibrada posición de Obama, ofrecida por el portavoz Jay Carney, refleja la realidad: que a los líderes prácticamente se les agotó el tiempo para evitar un problema sin precedentes. Carney dijo que si un Congreso dividido y la Casa Blanca pueden ponerse de acuerdo sobre un pacto significativo, Obama aceptaría una extensión a muy corto plazo del límite de la deuda para permitir que una iniciativa de ley más amplia pase por el Congreso. El gobierno va a agotar su capacidad de pedir dinero prestado y pagar sus cuentas el 2 de agosto, un resultado que podría hundir al país en una recesión.
Tiene esperanza
Obama se mostró esperanzado ante el plan del Grupo de los Seis, que apunta a un recorte de 3,7 billones de dólares en la próxima década, ya que no solo prevé reducciones en el gasto público, sino que también contempla una reforma fiscal para aumentar los ingresos. No obstante y ante la gravedad de la situación, la Casa Blanca aseguró ayer que estaría dispuesta a aceptar un acuerdo de corto plazo que permita eludir la suspensión de pagos si el Congreso necesita unos pocos días para terminar de dibujar un acuerdo amplio que incluya una reducción ambiciosa del déficit.