Obama llamó a presidente electo peruano Humala

Obama llamó a presidente electo peruano Humala

WASHINGTON, (AFP) – El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunciará el miércoles en un discurso la cantidad de soldados que serán retirados de Afganistán el mes próximo, que según un alto funcionario de defensa podría ser de 10.000 soldados antes de fin de año.

«El miércoles a las 20H00, el presidente se dirigirá a la Nación desde la Casa Blanca para presentar su plan estratégico, revelado en diciembre de 2009, de retirada de los soldados en Afganistán», declaró el martes su portavoz, Jay Carney, en un comunicado. En diciembre de 2009, Obama anunció el envío de 30.000 soldados suplementarios a Afganistán para luchar contra los talibanes -elevando el número total a cerca de 100.000- y prometió que a partir de julio de 2011 «nuestros soldados comenzarán a regresar a casa».

Desde entonces, la Casa Blanca no ha dado cifras claras sobre el número de soldados que regresarán, ni sobre la rapidez del repliegue, limitándose a decir que esto se decidirá en función de «la situación en el terreno».

Pero un alto funcionario de defensa estadounidense dijo a la AFP bajo condición de anonimato que «probablemente» serán retirados unos 10.000 soldados de Afganistán, en dos tandas, antes de fin de año. El retiro comprendería una primera tanda de 5.000 soldados que abandonarían el país a partir de julio, mientras que los restantes 30.000 soldados serían retirados de aquí a finales de 2012.

En una conferencia de prensa el martes, Carney calificó la información publicada hasta ahora como una «especulación». Reconoció que el presidente había «tomado una decisión», pero que le correspondía a él anunciarla. El portavoz también señaló que Obama «respetaba su compromiso» de 2009. Estados Unidos tiene actualmente 99.000 soldados en Afganistán, junto con 47.000 soldados de la OTAN, según el Pentágono.

Antes de tomar su decisión, Obama se reunió regularmente con su equipo de seguridad nacional, la última vez el martes, dijo Carney. La decisión de Obama, cualquiera que sea, deberá intentar resolver una ecuación compleja: no comprometer los progresos «frágiles y precarios» registrados en el terreno, según la propia confesión del gobierno, pero también tomar en consideración la opinión pública estadounidense.

Obama, candidato a su reelección en noviembre de 2012, debería así tratar de pasar el mensaje de que la guerra, desatada tras el 11 de septiembre de 2001, no será interminable. La cumbre de la OTAN en Lisboa a fines de 2010 ratificó el principio de una transferencia de las responsabilidades de seguridad a las fuerzas afganas en 2014. Los efectivos del ejército estadounidense en Afganistán se han casi triplicado desde la llegada de Obama al poder, en enero de 2009.

El presidente ha insistido en la necesidad de impedir que Al Qaida haga nuevamente pie en el país para usarlo de base a fin de atacar otra vez suelo estadounidense. Pero más y más voces se levantan en el Congreso para exigir el fin de las operaciones en el país, cuyo costo se evalúa en unos 10.000 millones de dólares al año, en particular desde la muerte del jefe de Al Qaida, Osama bin Laden, durante un operativo estadounidense el 2 de mayo en el vecino Pakistán.

Al igual que durante la elaboración de su estrategia en Afganistán, anunciada a fines de 2009 tras casi tres meses de consultas, Obama deberá tomar en consideración las relaciones entre Washington e Islamabad, que la Casa Blanca califica de «esenciales pero complicadas» y que el operativo contra Bin Laden no contribuyó a distender.

El esperado anuncio de Obama tendrá lugar asimismo con el fondo de crecientes tensiones con el presidente afgano Hamid Karzai, que no ha ahorrado palabras recientemente contra las fuerzas extranjeras.

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