Obama nombra finalmente a un representante especial para Birmania

Obama nombra finalmente a un representante especial para Birmania

Washington, (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, nombró a un representante especial para Birmania (Myanmar) con el objetivo de dar forma a la nueva estrategia de la Casa Blanca hacia ese país, que inició una criticada transición política.

La Casa Blanca envió anoche al Senado el nombramiento del subsecretario adjunto de Defensa para Asuntos de Seguridad en Asia y el Pacífico, Derek J. Mitchell, quien, de recibir el visto bueno de la Cámara alta se tendrá que encargar de presionar en pro de reformas democráticas en Birmania, país con el que EE.UU. ha mantenido una relación tensa y donde opera al nivel de encargado de negocios.

Mitchell ha desarrollado una carrera en el Departamento de Defensa marcada por su experiencia en Asia, especialidad que comenzó a desarrollar en la universidad y que fue ampliando en el Pentágono como director de país para China, Taiwán, Mongolia, Hong Kong, Japón, Filipinas, Indonesia, Malasia, Brunei y Singapur, entre otros cargos de relevancia que ha ocupado desde 1998. Hasta ahora el secretario de Estado adjunto para Asia Oriental y el Pacífico, Kurt Cambpell, ha sido el encargado de delinear la política de EE.UU. hacia Birmania y ha viajado dos veces al país.

El Congreso de EE.UU. aprobó en 2008 una ley sobre Birmania que endureció las sanciones contra la Junta Militar y creó la posición de enviado especial.

El expresidente George W. Bush nombró entonces a Michael Green, exdirector para Asia del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., pero la designación murió en el Senado debido a una disputa política no relacionada con el nombramiento.

El Gobierno de Obama ha optado por la vía diplomática y el acercamiento con el Gobierno de Birmania en lugar de por el aislamiento que aplicó la Administración anterior.

En septiembre de 2009 anunció el cambio en su política hacia Birmania, que incluía la oferta de un diálogo pero sin levantar las sanciones al régimen. EE.UU. revisó su estrategia hacia Birmania después de que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, declarara que el actual régimen de sanciones no había funcionado para lograr una Birmania próspera y democrática y por lo tanto era necesario examinar métodos más efectivos para lograr esa meta.

No obstante, EE.UU. reconoció en marzo de 2010 que su nueva política de distensión no había producido el resultado aguardado, tras iniciar un diálogo sobre las elecciones legislativas de noviembre, las primeras que celebraron en Birmania tras más de dos décadas de férrea dictadura militar, pero que mantuvieron cerrada la puerta de la participación a la líder opositora Aung San Suu Kyi. A finales de marzo, la Junta Militar se disolvió para culminar la transición hacia un Gobierno en teoría civil, aunque la composición del Ejecutivo incluye a 23 titulares con pasado militar y tres en activo, y cuatro tecnócratas civiles.

Los militares también dominan el Consejo Supremo, un organismo contemplado en la Constitución para asesorar a la Presidencia y que funcionará de junta militar de facto, según la disidencia. Por último, el 25 por ciento de los escaños en el Parlamento bicameral y los legislativos de las distintas regiones y estados está reservado a los militares en la Constitución aprobada en referéndum en 2008 con el boicot de la oposición democrática y lo mayor parte de las minorías étnicas.

La nueva Birmania que arrancó en pos de una «democracia disciplinada y floreciente» está inspirada en los regímenes del indonesio Suharto y de los norcoreanos Kim Il-sung y Kim Jong-il. Birmania lleva gobernada por generales desde el golpe Ne Win en 1962 y, con el nuevo modelo de Gobierno, continuará dirigida por militares retirados. EFE

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