BBC MUNDO. El Senado de Estados Unidos rechazó le ley bipartidista que ampliaría la revisión de antecedentes a compradores de armas en ferias de armas y por internet, asestando un duro golpe a los planes de control de armas del presidente Barack Obama.

Obama, visiblemente molesto, se dirigió a la nación desde la Casa Blanca, precedido de un padre de familia que perdió a un hijo en la matanza en una escuela primaria de Newtown, Connecticut, en diciembre pasado y en presencia de la excongresista Gabrielle Giffords, quien se recupera de un atentado en el que resultó herida en 2011.

Aseveró que era «un día vergonzoso para Washington».

El presidente mencionó ambas tragedias como punto de partida para la iniciativa que fracasó en el Senado para proteger a los ciudadanos, especialmente los niños. Obama defendió el plan por el apoyo de 90% del pueblo y el sentido común.

Criticó el hecho de que con todo ese respaldo, la medida haya sido rechazada por los senadores, ya que la legislación muestra respeto por las víctimas y por los dueños de armas. Dijo además que la Asociación Nacional del Rifle había apoyado la revisión de antecedentes.

Obama se refirió a las mentiras que han circulado para frustrar esta iniciativa, agregando que los senadores -tanto republicanos como demócratas- no fueron capaces de dar argumentos coherentes para rechazarla.

La propuesta del mandatario no pasa por alto la segunda enmienda de la Constitución, que defiende el derecho a portar armas. Obama criticó duramente a quienes calificaron de «chantaje emocional» el uso de padres que perdieron a sus hijos y expresó que hoy fue un día vergonzoso para Washington.

Enfatizó que seguirán tomándose medidas para proteger a la gente, pero insistió en que el Congreso debe hacer más. Exhortó a los ciudadanos estadounidenses a presionar a los legisladores al respecto.

Obama consideró este episodio como apenas la «primera ronda» de una pelea que continúa.