Macarena Vidal, Washington, (EFE).- El presidente de EEUU, Barack Obama, aprovechará la cumbre de la OTAN para recabar de sus aliados opiniones de cara a la revisión de la estrategia en Afganistán, que está pendiente en la Casa Blanca para diciembre.   El presidente norteamericano tiene previsto llegar a Lisboa para la cumbre el día 19 y marcharse al día siguiente, el 20.

Durante esas dos jornadas Obama consultará con los aliados sobre la marcha de la guerra, que ha entrado ya en su décimo año, pero se mantendrá inamovible respecto al objetivo de que Afganistán comience a hacerse cargo de su propia seguridad a partir de junio próximo.  

Fuentes de la Casa Blanca prevén que la cumbre tenga un papel determinante en la redacción definitiva de un documento clasificado de unas 70 páginas que prepara la administración Obama y en el que se revisa la estrategia para Afganistán que ordenó el presidente hace un año.   La revisión tratará de determinar si la estrategia actual -que incluyó el refuerzo de 30.000 soldados con vistas a iniciar la salida tropas en julio de 2011- funciona y si está logrando los efectos deseados al ritmo deseado, pero no planteará recomendaciones.   Según indicó un alto funcionario de la Casa Blanca que habló bajo la condición del anonimato, “se trata de redactar un diagnóstico, no de administrar una receta».  

“La revisión ayudará a determinar cuál será el ritmo de la transición, pero no definirá cuál va a ser éste. Aún quedarán seis meses más” hasta que llegue el momento de comenzar, indicó el alto funcionario.  

La Casa Blanca ha dejado claro que la salida será muy gradual y aún habrá tropas de la OTAN en Afganistán durante al menos dos o tres años más. El Reino Unido ha anunciado su marcha para 2014, una fecha que entra dentro de lo que maneja Washington.   Para apoyar esta salida gradual, Obama se puede ver favorecido por un Congreso en el que los republicanos se han hecho con el control de la Cámara de Representantes y han aumentado su presencia en el Senado. En el Partido Demócrata dominan los partidarios de una marcha rápida.  

 “Lisboa establecerá un proceso por el cual en los próximos años los afganos asumirán el liderazgo en la seguridad en su país”, afirmó el alto funcionario.  

Pero por otro lado, los aliados también enviarán el mensaje de que “los afganos no estarán solos” en esta transición.  

La OTAN, explicó, “buscará establecer y definir compromisos duraderos, alianzas duraderas con Afganistán, de modo que a medida que ese país vaya adquiriendo responsabilidades no tenga que estar solo».  

La revisión en la Casa Blanca utilizará ocho baremos distintos para determinar si su estrategia actual en Afganistán tiene éxito, entre ellos los progresos en la lucha contra el terrorismo o la situación en Pakistán.  

Tendrá en cuenta los acontecimientos ocurridos a lo largo del año, como el lanzamiento de una iniciativa para adiestrar mejor a la Policía afgana, los esfuerzos para reintegrar a los insurgentes en la sociedad civil y las iniciativas militares paquistaníes.   Uno de los aspectos que más preocupan es la existencia de refugios en las áreas tribales de la frontera paquistaní con Afganistán.

“Es una cuestión fundamental… aún hay refugios en Pakistán”, señaló el funcionario.  

El presidente estadounidense recibe actualizaciones semanales sobre la situación de boca del secretario de Defensa, Robert Gates, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton.  

 Además, se reúne cada mes con su equipo de Seguridad Nacional, y cada trimestre recibe un informe exhaustivo acerca de los números y las medidas del progreso de la guerra.  

“El presidente dejó claro que seguiría muy de cerca los progresos a lo largo del tiempo, y eso es lo que ha hecho a lo largo de este año”, indicó el funcionario.  

 Una vez que Obama reciba la revisión, la Casa Blanca enviará un informe al Congreso sobre su contenido. Una versión desclasificada se hará pública para finales de diciembre o principios de enero. EFE