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Dallas. — El presidente Barack Obama se encuentra en Dallas para rendir tributo a los policías asesinados por un francotirador que deseaba vengar las muertes de personas de raza negra abatidas por policías.
El mandatario trata de dar un mensaje de reconciliación a Dallas, una ciudad en luto menos de una después de la muerte de los policías a manos de un francotirador que había servido en el ejército. Obama ha calificado la matanza como un «ataque vil, premeditado y execrable contras las fuerzas del orden», perpetrado por un hombre «desquiciado».
Acompañando a Obama están la primera dama Michelle Obama, el ex presidente George W. Bush, y su esposa Laura Bush; el vicepresidente Joe Biden, el senador republicano Ted Cruz y la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, entre otros.
Hace pocas semanas, Obama pasó unas horas en Orlando, Florida, consolando los seres queridos de 49 personas asesinadas en una masacre en un club nocturno.
En lo que se ha vuelto una rutina sombría y desagradable de su presidencia, Obama hablará en un servicio religioso en Dallas en honor a los oficiales que cayeron el jueves pasado, en medio de una protesta pacífica en contra de las muertes de personas negras esa semana en Louisiana y Minnesota.
El francotirador, Micah Johnson, de 25 años, fue eventualmente muerto con una bomba traída con un robot de la policía. El veterano del ejército, que era negro, había dicho que el ataque contra los oficiales blancos era en venganza por la muerte a manos de la policía de hombres negros en Baton Rouge, Louisiana, y en un suburbio de Minneapolis.
Partes de esos sucesos habían sido grabadas en video y transmitidas a toda la nación, lo que suscitó más enojo, protestas y veintenas de arrestos. Las muertes causaron tensión en todo el país, agravaron la división racial y reabrió el debate sobre el uso de la violencia por parte de policías blancos contra individuos negros.
Obama intentará abordar esos temas en sus palabras de reconciliación y su homenaje a los cinco policías caídos, entre los cuales había un veterano Ranger del Ejército, un veterano de la Marina y un agente que recién se había casado.
Algunos policías culpan al presidente por el incremento de las tensiones raciales, afirmando que no ha apoyado mucho a las fuerzas del orden. En sus comentarios desde los sucesos de Dallas, Obama ha exhortado al público a reconocer que los policías tienen un trabajo difícil y a tratarlos con respeto.