ORLANDO, Florida, EE.UU. AP. Parecen pretendientes ansiosos y medio torpes: Barack Obama y John McCain se esmeran por cortejar el voto hispano, que bien podría decidir las elecciones presidenciales de noviembre, y a veces lo hacen a los tropezones.
Más que un problema de lenguaje, sus dificultades responden al hecho de que no terminan de entender a un grupo muy diverso. No es cuestión de decir quiero hablar con sus líderes. Pero eso es básicamente lo que han estado haciendo. Vienen y me dicen, ¨quiénes son los que mandan en la comunidad latina?, comentó Patrick Manteiga, quien dirige un periódico para hispanos en el barrio cubano de Tampa Ybor City. Es como que vengan y pregunten ¨quienes son los que mandan entre los blancos de Estados Unidos, o entre las madres cuyos niños juegan al fútbol.
Los dos candidatos han pronunciado tres discursos en tres semanas ante agrupaciones hispanas y ensayado nuevas iniciativas para llegar al bloque hispano. Los republicanos de McCain abrieron una oficina en Orlando, donde viven la mayoría de los puertorriqueños de la Florida, y Obama está a punto de abrir otra en Ybor City. Ambos tratan de atraer a un sector del electorado que tradicionalmente vota por los demócratas, pero que no siempre se moviliza y acude a las urnas.
Una reciente encuesta de AP-Yahoo News indicó que Obama tiene el 47% de las preferencias entre los hispanos y McCain el 22%. Un 26% no se ha decidido. McCain es respetado por muchos hispanos por la actitud comprensiva que ha mostrado a lo largo de los años en relación con la inmigración. Pero también lo ven como un continuismo de la presidencia del impopular George W. Bush. La vitalidad de Obama y su capacidad oratoria caen bien entre los hispanos.