La obesidad es una enfermedad metabólica, crónica y prevenible, caracterizada por un aumento de la masa grasa, que cursa con inflamación de bajo grado. Dentro de sus causas están factores genéticos, metabólicos, hormonal, psicológicos, neurológicos, ambiente obeso génico, cambios en la alimentación, ingesta excesiva de calorías y vida sedentaria.

Así lo analizó la doctora Rosa Elva Rodríguez, nutrióloga, quien aseguró que la Federación Mundial de la Obesidad (WorldObesityfederation), ve la obesidad como un proceso patológico, progresivo, crónico y recidivante. La especialista ve la necesidad de una acción integral y preventiva para el control de esta epidemia.
Las causas
Dentro de sus causas para llegar a la obesidad están factores genéticos, metabólicos, hormonal, psicológicos, neurológicos, ambiente obesogénico, cambios en la alimentación, ingesta excesiva de calorías y vida sedentaria.

“La incidencia mundial se ha triplicado en los últimos años, para el 2016, el 39% de las personas adultas de más de 18 años tenía sobrepeso y el 13% era obesa, dichas cifras siguen en aumento”, indicó la especialista.

Clasificación
Existen dos tipos de obesidad según la distribución de la grasa, la central o visceral, “tipo manzana”, relacionadas con mayor riesgo de complicaciones cardiometabólicas, predomina en abdomen y tronco, relacionada con diabetes, infartos, síndrome metabólico, dislipidemias e hígado graso y la periférica o ginecoide, “tipo pera”, que se asocia a trastornos venosos periféricos, dijo la médica.
Vinculaciones.

La obesidad se asocia con múltiples patologías, entre ellas están: enfermedad cardiovascular como causa principal de muerte en las personas obesas, hipertensión arterial un 25-50%, diabetes tipo 2 en un 80%,osteoartritis de rodilla en un 40 %,apnea del sueño 45%, depresión en un 55%, hígado graso, hiperlipidemia (colesterol y triglicéridos altos ) en un 49.7% y cáncer en un 40% ( de ovario, mama, colon, esófago, endometrio, vesícula, tiroides, próstata, riñón y páncreas), analizó la médica.

También se vincula con enfermedad renal crónica, asma, enfermedad por reflujo gastroesofágico, psoriasis, incontinencia urinaria, síndrome de ovario poliquístico, insuficiencia cardíaca, arteriopatía coronaria, accidente cerebrovascular, tromboembolismo pulmonar, pre-diabetes, infertilidad y dolor músculo esquelético. También se relaciona con litiasis biliar, fracturas óseas y función autoinmune alterada, lo que lo hace más propenso a infecciones.