Santiago.- El obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santiago, monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, hizo hoy un llamado a la confianza, la caridad y el respeto entre los agentes policiales y los ciudadanos, dejando de lado el odio y el resentimiento.

Dijo que cada día resulta más difícil el trabajo para los que imponen el orden y la ley por el nivel de indisciplina de la gente. Ante ese panorama, el líder religioso pidió a los miembros de la uniformada tener paciencia, actuar con sabiduría y entendimiento para no dejarse provocar.

Durante la eucaristía de acción de gracias por el 87 aniversario de la creación de la Policía Nacional, en la Catedral Santiago Apóstol, monseñor Morel Diplán consideró necesario el respeto mutuo y la confianza entre ciudadanos y policías.

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En la misa participaron el general Ramón Azcona Reyes, director del Comando Cibao Central de la Policía Nacional, la gobernadora provincial Rosa Santos, el procurador de la Corte de Apelación, Juan Carlos Bircann, el fiscal titular de Santiago, Osvaldo Bonilla, así como miembros de la uniformada y militares

“La convivencia se hace complicada, a quien le corresponde poner el orden le cuesta mucho en una sociedad de gente indisciplinada. Todos quieren estar adelante, pasar primero, tener privilegios, que le complazcan, no escuchan y no respeten normas, principios ni reglas, rompen todo tipo de protocolo y cuando se trata de corregir es difícil”, afirmó el obispo.

El prelado lamentó que en el país se le haya perdido el respeto a las instituciones. Dijo que cuando se pierde el respeto y la confianza es más difícil restablecer las relaciones.

“Se necesita escuchar algunas palabras que suavicen los corazones. Se necesita la Palabra de Dios que provoca serenidad, luz y paz. Es importante el acercamiento a Dios y luego a los humanos”, apuntó.

Monseñor Morel Diplán manifestó que ante las deficiencias que puedan tener las instituciones, todos los ciudadanos deben luchar por levantarlas y no hacer cosas o tomar acciones que las destruyan.

Asimismo, ve con pesar cómo hay personas en el país que provocan a las autoridades para luego crearle problemas y desacreditar a los agentes y a las instituciones. Señaló que en ocasiones un militar o un policía troncha su futuro en cuestiones de segundos y minutos después de abrirse camino por alguna disputa con un ciudadano.

El obispo exhortó a practicar la regla de oro. “Tratar a los demás como quieres que te traten a ti. Esa regla deberían ponerla en los vehículos y en la casa, para que los hijos la vean”, indicó.