Monseñor Benito Ángeles, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, abogó por respeto y respaldo a las personas envejecientes, ya que muchas veces son abandonados hasta por sus propios hijos en momento en que más necesitan del calor humano.

En la homilía de la eucaristía con motivo del Día de la Persona Envejeciente, en la Catedral Primada de América, el prelado instó al director del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE), José García Ramírez, conducir a esa institución con el objetivo para el cual fue creada.

Consideró que el trabajo con los adultos mayores es una de las grandes obras positivas, ya que este segmento de la población ha entregado su vida en el esfuerzo, sacrificio, y en muchos momentos con actos heroicos para levantar a una familia.

Pidió a los hijos ser fieles a los adultos mayores, ya que en ocasiones se escuchan a los envejecientes lamentarse y decir «tengo hijos y me siento abandonado”, como si no los hubiera tenido.

“Es triste, es duro, debe ser impactante a los sentimientos y emociones de esas personas adultas”, expresó el religioso.

Expuso que en la atención que corresponde al Estado, a la iglesia, la sociedad civil, hay que identificar a tantos adultos abandonados en las calles y que viven en la soledad, carencias de salud, alimentación y estado deplorable de vida.

El director del CONAPE, José García Ramírez, demandó luchar contra la discriminación por edad, alimentada desde la infancia, presente en el hogar, los servidores públicos, con una imagen negativa que los devalúa y excluye.

Consideró que un envejeciente bajo esas condiciones, además enfermo, inválido, dependiente, aislado, asediado por el miedo, con una identidad débil por la pérdida de su rol, impide su desarrollo pleno. Afirma que el presidente Luis Abinader contempla acciones para su bienestar mediante servicio de calidad para que estos gocen de una vida activa y proactiva.