SANTIAGO.- El arzobispo metropolitano de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, instó al Gobierno y a los buenos ciudadanos a organizar una jornada de rescate  del amor al trabajo,  que considera la  única garantía para alcanzar un desarrollo pleno.

Al hablar en el tedeum  por el 150 aniversario de la Guerra de la Restauración de la República, expuso que hay que restaurar  el optimismo y la esperanza en un futuro promisorio para nuestro pueblo. Dijo que este es  un país con grandes reservas morales que debe dejar atrás  la indiferencia y la apatía. “Vamos a restaurar el respeto a la ley. Es inútil continuar creando leyes que por desuso se transforman en letras muertas y que solo se aplican a los más débiles”.

Saludó los esfuerzos realizados por el Gobierno de  Danilo Medina para librar la batalla contra el analfabetismo, pero resaltó que aún falta restaurar la confianza en la justicia y la seguridad ciudadana. Exhortó al Presidente a  seguir combatiendo la ignorancia y continuar con el fortalecimiento del sistema educativo. «En verdad se puede decir que esta batalla por la educación es una auténtica guerra restauradora; solo así podremos tener mejores dominicanos y dominicanas, capaces de construir la tierra nueva de una República Dominicana transformada por el rescate de la educación”, dijo.

Afirmó que  hay que  devolver a la Patria su verdadera fisonomía. “Constatamos, sin ser  exhaustivos, que aún quedan muchas restauraciones pendientes.  Hace falta  la transparencia en la Administración Pública. Hay que restaurar  el ejercicio de la política para adecuarla  a una realidad que exige respuestas eficaces a problemas ancestrales. 

Pero sobre todo, hay que restaurar la seguridad ciudadana. El miedo y el temor hacen de las calles y los hogares espacios de tensión y sobresaltos”. Tras escuchar las lecturas  a cargo de   Antonia de Cabrera, Juan Fernández y Bernarda Checo, el arzobispo recalcó a los asistentes, que esta celebración debe animar al país a “continuar la tarea de restauración moral y social a la que estamos llamados”.