Obispo dice para humanizar cárceles deben construirse nuevos recintos

Obispo dice para humanizar cárceles deben construirse nuevos recintos

POR GERMAN MARTE
El presidente de la Pastoral Penitenciaria de la Iglesia Católica, monseñor Juan Antonio Flores, afirmó ayer que para poder humanizar las cárceles del país es necesario construir nuevos recintos, de modo que se puedan descongestionar las existentes. Señaló que en la cárcel La Victoria hay más de cuatro mil reclusos y esto hace «imposible» su regeneración.

«Hay que hacer nuevas cárceles y que no tengan tanta gente. Lo ideal sería 500 o 600 personas para puedan recibir un trato humano, y puedan reeducarse», expresó el arzobispo emérito al participar como invitado en el Almuerzo Semanal de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio.

Señaló que el nivel de hacinamiento ha convertido a La Victoria en una de las cárceles más crueles del mundo.

En su opinión, con un nivel de hacinamiento como el que predomina en esa penitenciaría, aunque haya un poco de mejora, será muy difícil cambiar la situación, «ahí hay que hacer un esfuerzo grande».

Monseñor Flores sostuvo que el interés de la Iglesia Católica es que haya más humanismo con los reclusos, que haya un plan de reeducación y que se les trate como personas. «Son hermanos nuestros que han tenido esa caída. Y a un hermano, aunque se haya equivocado y haya cometido un delito, no es para hundirlo más; es para ver cómo lo levantamos con amor, con caridad, con comprensión, eso supone mucha paciencia», subrayó el presidente de la Pastoral Penitenciaria. Dijo que efectivamente, muchas de las personas que llegan a cierto grado de degeneración se convierten en insoportables, y por eso quienes los traten deben tener mucha paciencia para ayudarlos a que se regeneren.

El presidente de la Pastoral Penitenciaria consideró, además, que si el Estado quiere trabajar a favor de la seguridad de los ciudadanos, debe ir a la raíz, a sanear cárceles y regenerar los reclusos.

«Si eso no se arregla, vamos a seguir igual», advirtió el religioso. Dijo que si bien esa no es la única causa del problema, es muy importante.

Añadió que el país necesita una administración pública más transparente, más justas, honesta y equitativa, así como un mayor presupuesto para Educación y que los maestros lo hagan por vocación, no por simplemente por un sueldo.

Indicó que la Iglesia (Católica) lamenta mucho el desequilibrio en la distribución de la riqueza, la cual –en su opinión- es una fuente que causa malestar, «aunque como yo mismo he dicho, muchas veces el delincuente no es el pobre famélico, el que tiene hambre».

Además de monseñor Flores, en el encuentro con los medios del Grupo Corripio participaron como invitados el doctor Elías Carranza, director del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas Para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente (ILANUD); el Procurador General de la República, Radhamés Jiménez; Johanna Sjowall, directora de programas del Instituto Raoul Wallenberg, de Suecia; el director de Prisiones, Juan Ramón de la Cruz Martínez; el director de la Escuela Nacional Penitenciaria, Roberto Santana, y Denia Núñez, del ILANUD.

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