Obispo Mao aboga aplicar sabiduría

Obispo Mao aboga aplicar sabiduría

POR SANTIAGO GONZÁLEZ
SANTIAGO.- El obispo de la diócesis Mao-Monte Cristi, monseñor Tomás Abreu Herrera, afirmó que la situación de violencia entre grupos de haitianos y dominicanos que ha provocado 4 muertos y 7 heridos en un mes en Hatillo Palma, no se resuelve con deportaciones ni venganzas, sino con un estudio serio y responsable, y con la aplicación de sabias decisiones.

Asimismo, el prelado advirtió que con esas deportaciones se deja sin mano de obra a importantes centros productivos de la región que son exportadores y generan divisas para el país.

Consideró que la venganza puesta de manifiesto, así como las persecuciones y las deportaciones indiscriminadas de haitianos, podrían traer consecuencias negativas para el país en el orden internacional, debido a que son actos reñidos con las leyes del país y con los derechos humanos, inherentes a cada individuo.

Monseñor Abreu condenó enérgicamente la actitud de grupos de dominicanos que están tomando la justicia por sus propias manos, lo que las autoridades ni nadie puede permitir, porque riñe con la civilización, con la paz de ambas naciones que comparten una misma isla y con la imagen internacional de esta nación, significando que son los tribunales quienes tiene las atribuciones de aplicar justicia.

El prelado hizo un llamado a los dominicanos a pensar que existe un quinto mandamiento de no matar y el que comete esa acción está faltando a Dios y por consiguiente está fuera de su gracia y del cristianismo, porque son conductas injustificables y reprochables desde todo punto de vista.

EFECTOS DE LAS DEPORTACIONES

Monseñor Abreu consideró que las deportaciones indiscriminadas de haitianos están trayendo efectos negativos a la economía de la nación, porque muchos productos de exportación, por los que ingresan millones de dólares, emplean la mano de obreros haitianos, situación que está poniendo en peligro la subsistencia de muchas empresas, localizadas principalmente en la región Noroeste.

Significó que los dominicanos son renuentes a realizar labores en la construcción y en la agricultura, por lo que son los haitianos que tienen que dedicarse a ello, tal y como ocurre con los emigrantes dominicanos que en su tierra no trabajan como lo hacen en Estados Unidos y otros países.

Señaló que si continúan las repatriaciones de haitianos, para evitar el desplome en las industrias y empresas, las autoridades tendrían que llegar a acuerdos con los empresarios y dueños de fincas para que el Estado subsidie el salario que exigen los dominicanos y así estimularlos al trabajo.

Lamentó que esos empresarios paguen salarios abusivos a los trabajadores haitianos, que no son aceptados por los dominicanos.

Abreu dijo que si las autoridades no adoptan decisiones sabias, pacíficas, racionales y humanas, la situación seguirá empeorándose y se acrecentarán las dificultades en la producción agrícola, en los renglones bananero, arrocero, de tomate industrial y en la industria de la construcción.

Indicó que frente a la situación de ingobernabilidad y miseria en que vive Haití, los dominicanos no podemos ser indiferentes e impedir que esos extranjeros vengan a nuestro país, al que escogen como salida temporera para paliar su extremada crisis.

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