POR NARCISO PEREZ
MAO,VALVERDE.- El obispo de la diócesis Mao-Montecristi, monseñor Tomás Abreu Herrera, calificó ayer aquí como graves y de una gran injusticia las repatriaciones de haitianos, que según informes sobrepasan los 2,500, efectuadas en esta zona desde el pasado fin de semana, cuando una comerciante fue asesinada y su esposo herido por varios haitianos.

Sobre el número de repatriados, el general Pedro Antonio Cáceres, jefe de la Cuarta Brigada del Ejército Nacional, informó que el pasado fin de semana fueron deportadas 1,800 personas.

Monseñor Abreu Herrera dijo que «solo en esta región es que se está persiguiendo indiscriminadamente a los haitianos y deportándolos a su nación, lo cual es digno de investigarse», dijo monseñor Abreu Herrera.

Precisó que preguntó varias veces a las autoridades de Migración y militares las razones de las deportaciones de haitianos en esta zona y nadie le supo dar un respuesta lógica y convincente.

«Me salieron con respuestas que no decían nada, ya que alegarme que aquí hay muchos haitianos es un cuento chino, hay muchos más en otras regiones del país», expresó el obispo.

Refirió que esta localidad, al igual que las otras tres provincias del Noroeste, son puntos de escala o posada para los haitianos, ya que casi siempre siguen hacia delante.

Dijo que las repatriaciones masivas de los haitianos aquí no es por el caso de Hatillo Palma, donde murió una comerciante y su esposo resultó grave supuestamente a manos de haitianos.

Señaló que la mayoría de los moradores de los pueblos de la Línea Noroeste conviven pacíficamente con los haitianos, como ha sido tradición de muchos años atrás.

«No había motivos para hacer una repatriación de la forma en que se hizo con los haitianos en esta zona», indicó monseñor Abreu Herrera.

Declaró que sostuvo conversaciones con los productores de bananos y éstos le dijeron que las pérdidas para los próximos días son millonarias, ya que no pudieron hacer los embarques que hacen semanalmente del fruto, para exportación.

Abreu Herrera dijo que para los próximos meses el país se aboca a perder muchos millones de dólares, si los productores de guineos no pueden vender el producto en el exterior debido a la falta de mano de obra haitiana.

El obispo católico vaticinó que si el problema haitiano se agrava, habrá consecuencias negativas para la nación en los próximos meses de corte internacional.

EJERCTIO NACIONAL

De su lado, el general de brigada Pedro Antonio Cáceres, jefe de la Cuarta Brigada del Ejército Nacional, informó que las deportaciones de haitianos en el pasado fin de semana fue de mil 800 personas.

Sobre la vigilancia en Hatillo Palma y otros pueblos del noroeste, dijo que se mantiene con unos mil efectivos, a fin de preservar la seguridad de los dominicanos y los haitianos.

El pasado sábado se celebró un encuentro en el distrito municipal de Hatillo Palma, donde el sacerdote jesuíta y presidente de Solidaridad Fronteriza, Regino Martínez reclamó respeto para los derechos de los haitianos que residen legalmente en esta zona y que muchos tienen permisos para trabajar.

La síndica de Hatillo Palma, Joselin Espinal informó que los productores agrícolas que requieren mano de obra haitiana tienen que esperar que las aguas tomen su nivel.

Rafael Ortega Guzmán, presidente del comité de Desarrollo de Hatillo Palma, entiende que es urgente que Migración y otras autoridades civiles y militares presenten fórmulas para resolver el impasse que se ha presentado con la mano de obra haitiana.  Dijo que las pérdidas para los bananeros y otros sectores productivos que usan haitianos, es millonaria.

El pasado fin de semana fue despachado desde una clínica de Mao a su vivienda en Hatillo Palma, el comerciante Domingo Antonio Luna, quien resultara herido grave en el hecho que murió su esposa, la comerciante Maritza Núñez.

Luna todavía no puede sostener una conversación debido a que fue operado en la lengua por las heridas que recibió por sus agresores.