Samaná. El obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís, Fausto Ramón Mejía Vallejo exhortó en esta ciudad, al presidente Danilo Medina ejecutar los cambios necesarios que demanda el país, con el objetivo de devolverle la confianza a la sociedad dominicana, que en los últimos años ha sido impactada con medidas desacertadas.
Monseñor Mejía Vallejo favoreció las medidas de austeridad asumidas por el presidente Medina como forma de combatir la dilapidación de recursos del Estado.
Ha enviado una señal clara y valiente, dijo el prelado católico en referencia al primer mandatario, a quien recordó mantener posiciones coherentes frente a los males que aquejan al país.
No podemos olvidar que en cualquier institución la cabeza es la que marca el ritmo. En mi condición de obispo de la diócesis tengo que marcar la ruta, observó Mejía Vallejo en entrevista a este diario.
Citó como herramienta fundamental el compromiso del presidente Medina, a partir del próximo año con la entrega del 4% del PIB para la educación preuniversitaria. Argumentó, sin embargo, que el país amerita de un régimen de disciplina, de orden, de respeto y de productividad.
Reconocimiento. El ayuntamiento municipal declaró Visitante Distinguido a monseñor Mejía Vallejo, por su consagración al cuidado espiritual del pueblo católico, inculcando la obediencia a las leyes justas.
La disposición, contenida en la resolución número 009-2012, fue leída en un acto celebrado en la parroquia Santa Bárbara, encabezado por el alcalde Miguel Bezi, quien se hizo acompañar de todas las autoridades civiles de la provincia.
Las claves
1. Compromiso
El sacerdote consideró que el presidente Danilo Medina tiene un gran compromiso, y es el cumplimiento de la inversión del 4% del PIB para la educación.
2. Los cambios
Para el representante de la iglesia católica el mandatario dominicano debe realizar los cambios que la ciudadanía demanda.
3. Austeridad
Monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo favoreció las medidas de austeridad asumidas por el presidente Medina con la finalidad de combatir la dilapidación de los recursos del Estado.