POR MARIEN A. CAPITÁN
La falta de educación es el peor mal de la República Dominicana aseguró ayer monseñor Amancio Escapa, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, quien se quejó de que en el país aún faltan muchas aulas para acoger a los niños, jóvenes y adultos.
En la homilía que pronunció en la Catedral Primada de América con motivo de la conmemoración del día del Maestro, Escapa señaló que por falta de educación es que suceden tantas cosas negativas en la sociedad.
«Si no tenemos educación podemos hacer maravillas pero nunca lograremos una sociedad honesta, justa, que respete los derechos de los demás, que se respete a sí misma y que favorezca el desarrollo de todos».
Lo peor, indica Escapa, es que la gente se queja de los males sociales pero no hace nada para erradicarlos. «Se dan tantos y tantos los aspectos negativos. Todos los rechazamos pero son pocos los que nos proponemos echar una mano para solucionarlos», dijo Escapa.
Por otra parte, Escapa recordó que la educación es la base de educación es la base de los pueblos. «En el mismo documento en donde la señora secretaria de Educación felicita a los maestros dice textualmente: recordando la afirmación del señor Presidente de la República, sólo la educación salva a la República Dominicana, se confirma entonces este acierto: la educación es la base del desarrollo de los pueblos, de nuestro desarrollo».
Pasando a los protagonistas del sector, Escapa manifestó que los padres, los estudiantes y los maestros deben actuar unidos y entrelazados para lograr que los niños y jóvenes sean educados de forma tal que sus conocimientos les sirvan para orientarse en todas las dimensiones de la vida.
Para hacerlo, deben extraer como de una cantera las cualidades y talentos de cada estudiante. «Hay que descubrir las cualidades de cada individuo y sobre ellas construir el edificio de la cultura y del desarrollo intelectual orientados hacia la vida. No se tanto para saber como para vivir».
En este punto, señaló Escapa, es donde juegan un papel importante padres y maestros, quienes deben trabajar juntos para que los niños y jóvenes reciban una educación integral. Así, indicó, lograrán que ellos no se desorienten.
Tras indicar que esto sólo se logrará en el marco de la confianza, Escapa manifestó que no habrá recompensa para el trabajo tesonero de los maestros que el ver el crecimiento de sus alumnos. Aquellos a los que deben enseñar a vivir para un futuro promisorio.