Obispos abogan por recuperación de los valores

Obispos abogan por recuperación de los valores

POR FIOR GIL
La Conferencia del Episcopado Dominicano manifestó ayer su preocupación por la inversión de valores en la sociedad dominicana y advierten que es un fenómeno que trasciende a los grupos o individuos para formar parte de nuestra cultura.

En una pastoral con motivo de la celebración el domingo del 161 aniversario de la Independencia Nacional los obispos abogan por una cruzada de recuperación de los genuinos valores espirituales para que sean desplazados los falsos.

Plantean que por la repercusión que tiene en la cultura y consiguientemente en la vida social, económica y política del país, la inversión de valores «nos debe inquietar a todos».

En su mensaje los obispos afirman que en el trasfondo de la crisis social, política y económica «está nuestra crisis cultural. De aquí la importancia de que nos detengamos en esta crisis cultural».

Sostienen que la cultura se expresa en normas, ideales y reales. «Los ideales enuncian lo que los individuos debieran hacer y los reales lo que los individuos realmente hacen. Las normas las determinan primordialmente los valores subjetivos imperantes, genuinos o falsos. Los genuinos son simplemente valores y los falsos son ‘contra-valores’».

Agregan que la inversión de valores consiste en convertir un falso valor o contra-valor en valor, o un genuino valor en contra-valor y citan como ejemplo que el apropiarse fondos públicos es un contra-valor porque eso es un robo y robar es un falso valor.

«Querer asegurar su futuro», afirman, es un valor por ser signo de inteligencia y prudencia. Convertir subjetivamente un robo en un acto de inteligencia y prudencia y robar, según esto, con toda tranquilidad, es un claro ejemplo de inversión de valores», indican.

LA JUSTICIA

En otro orden el mensaje de la Conferencia del Episcopado expresa que son muchas las cosas que inquietan a los dominicanos en torno a la justicia y cuestionan el alto número de presos preventivos y demandan agilidad en los procesos.

«Por evidente, no resaltamos la importancia de una seria justicia pública para una convivencia nacional, serena y segura, civilizada y moderna. Cuando esta no existe o sus fallas son notables, se corre un doble peligro: el de que crezca, al amparo de la impunidad, el número de delincuentes: o el de que la población comience a tomarse la justicia por propia cuenta con todas las injusticias que frecuentemente esto conlleva», afirman los obispos.

El mensaje de la Conferencia del Episcopado lo firman el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo metropolitano de Santo Domingo; monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo metropolitano de Santiago; los obispos émeritos Juan Félix Pepén, Juan Antonio Flores, Roque Adames, Francisco José Arnaiz y Fabio Mamerto Rivas.

También monseñor Jesús María de Jesús Moya, obispo de San Francisco de Macorís; Tomas Gerónimo Abreu, obispo de Mao-Montecristi; José Grullón, obispo de San Juan; Antonio Camilo, obispo de La Vega; Amanacio Escapa, obispo auxiliar de Santo Domingo; Pablo Cedano, obispo auxiliar de Santo Domingo; Nicanor Peña, obispo de La Altagracia; Freddy Bretón, obispo de Baní; Francisco Ozoria Acosta, obispo de San Pedro de Macorís; Rafael Felipe Núñez, obispo de Barahona, y Diómedes Espinal, obispo auxiliar de Santiago de los Caballeros.

Los obispos, en su pastoral, plantean que «no es admisible que el número de presos preventivos sea tan alto. Es deber de la justicia ser ágil. La ley marca los plazos y estos deben ser cumplidos escrupulosamente.»

Ante la ley todos somos iguales y no puede haber privilegios para nadie. Para los jueces la única nota es la de «culpable o inocente». Si culpable para ser castigado y si inocente para ser absuelto».

«Hay un punto que inquieta especialmente al pueblo dominicano y es el de la restitución del dinero u objetos robados por parte del ladrón o injusto usurpador a su dueño, sea este una persona concreta o el Estado. Hay entre nosotros demasiados bienes sin ser devueltos a sus dueños y eso es contra la justicia», alegan.

LA CORRUPCION

Los obispos consideran inadmisible la corrupción y que los corruptos sean denunciados, perseguidos castigados para que no gocen de impunidad.

Dicen que «por desgracia, corruptos van a existir siempre y los hay en todos los lugares del planeta, deplorable fenómeno de la libertad humana. Ninguna sociedad ni institución está libre de ellos. Lo inadmisible es que los corruptos no sean denunciados, perseguidos y castigados, es decir que gocen de impunidad. La impunidad reinante es lo grave y escandaloso y lo que hay que erradicar del país.»

Agregan que la impunidad alienta y estimula la corrupción y hace crecer el número de los corruptos.

POLICIA Y FUERZAS ARMADAS

La Conferencia del Episcopado en su mensaje considera como gravísimo para una nación que la población pierda su confianza en la policía por su ineficacia o modos extralimitados de proceder además de la falta de moralidad.

Urge que recupere esa confianza lo más rápidamente posible que implicaría depuración de sus miembros, selección, formación, capacitación, equipamiento, control y un salario digno, plantean los obispos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas