SANTIAGO. Los obispos de Barahona y San Francisco de Macorís ponderaron, por separado, el impacto positivo que han tenido en el sector productivo del campo las visitas sorpresa que realiza los fines de semana el presidente Danilo Medina a distintas comunidades rurales del país.

Al ser abordado sobre el tema, los prelados Rafael Felipe, de Barahona; Fausto Vallejo, de San Francisco de Macorís, y el obispo emérito de esta demarcación, monseñor Jesús María de Jesús Moya, consideraron que estas visitas crean un ambiente positivo para el entendimiento y para buscar solución a los problemas entre los entes productivos del campo.

En un encuentro en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) los obispos coincidieron en señalar que las visitas sorpresa del presidente Medina permiten un mayor acercamiento y comunicación entre los hombres y mujeres del campo y el gobernante, en beneficio del desarrollo económico de la zona rural.

En ese tenor opinaron los empresarios santiaguenses Manuel Arsenio Ureña hijo, presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Santiago, y Carlos Fondeur, presidente del Plan de Desarrollo Estratégico de Santiago, quienes también ponderan el crecimiento económico de un 7.1% que registró el país en 2014 y las buenas perspectivas para este año.

“Yo creo que eso se llama ponerle el corazón al pueblo. Creo que el presidente Medina con sus visitas a las distintas comunidades pone el oído y el corazón sobre los problemas que sufre cada uno y canaliza soluciones”, señaló el empresario Fondeur.

Dijo que es una práctica que el mandatario ha implementado y debe preservarla en beneficio del país, opinión compartida por el empresario Arsenio Ureña hijo.

Mientras el obispo de Barahona sostiene que estas visitas “están siendo positivas, admiradas y queriendo ser seguidas por otros países. Es una buena lección para otros países”, señaló monseñor. Mientras que monseñor Vallejo respalda esa iniciativa de Medina por considerar que “crea una fuente de entendimiento, de comunión y, como decimos los cibaeños, hablando la gente se entie nde”.