POR FIOR GIL
La Conferencia del Episcopado Dominicano afirmó ayer que constituye una angustia para la población el problema de la energía eléctrica que aun sigue sin resolverse y que por su repercusión en la producción y en el bienestar nacional sigue siendo una prioridad.

“Nos inquieta la situación de los servicios básicos para toda la población. Esos servicios básicos abarcan educación, salud, luz, agua, vías de comunicación, transporte, empleo, seguridad social y vivienda”, plantean los obispos en un mensaje emitido ayer al concluir la XLIV Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Dominicano.

Los obispos hacen público un mensaje de fortaleza y esperanza dirigido  a los fieles y a todos los dominicanos y dominicanas de buena voluntad en el que se refieren ampliamente al problema de violencia.

Manifiestan su inquietud de que a pesar de los esfuerzos hechos, la educación, que estiman, punto clave para el despegue de la nación, siga siendo un problema nacional. “Dado el insuficiente presupuesto oficial para las necesidades de la educación, exhortamos a la sociedad a hacer aportaciones significativas y generosas para hacer frente a un problema tan fundamental”.

En torno a la vivienda por su repercusión en la nobleza del vivir y su capacidad de favorecer y dignificar la vida familiar forme parte de los planes del Gobierno con proyectos viables y realistas de viviendas de proyección social juntamente con proyectos de mejoramiento visible de enclaves marginados.

En ese mismo orden la iglesia exhorta al Gobierno a que sean tomados en cuenta planes de viviendas, por su repercusión en la nobleza del vivir y su capacidad de favorecer y dignificar la vida familiar. Y  planes que favorezcan las fuentes de empleo “si no queremos seguir en la pobreza y subdesarrollo”, subrayan los obispos.

Los obispos hacen un llamado a los sacerdotes y agentes pastorales: “seguir insistiendo, en su predicación, en los altos valores del espíritu y en el amor y respeto a la vida, animar al cultivo de todas las virtudes, sentir las necesidades ajenas como propias, establecer escuelas parroquiales donde no llegue la escuela pública, estar muy cerca y ayudar a cuantos sufren los efectos de la violencia, trabajar sin fatiga con nuestra juventud, cooperar generosa y eficazmente en la solución de nuestros problemas”.

Los prelados dicen esperar que a partir de agosto próximo la composición del Poder Legislativo del mismo color que el Poder Ejecutivo sirva para lograr expeditiva y eficazmente el bien común de la nación, fundamento del Poder Público. “ No es el Poder por el Poder la finalidad de los elegidos para dirigir el bienestar y los destinos de la patria desde el Poder Ejecutivo y desde el Poder legislativo, sino, entre los dos, el conseguir ese bien común que los fundamenta. Y ese bien común consiste y tiende a concretarse en el conjunto de aquellas condiciones sociales que consienten y favorecen en los seres humanos el desarrollo integral de su propia persona”.  Y recuerdan que el poder público está subordinado a ese bien común y no al revés el bien común al Poder Público.