Obispos encabezan homilía en
nueva capilla cárcel de Najayo

Obispos encabezan homilía en<BR> nueva capilla cárcel de Najayo

Najayo, San Cristóbal. Autoridades religiosas de la región Sur y funcionarios del sistema carcelario encabezaron ayer la  inauguración de la Capilla San Pedro Nolasco, en el patio de la cárcel de Najayo-Hombres,  construida a un costo de RD$ 3.0 millones por el Ministerio Penitenciario “Mamá Chicha”.

El acto inaugural se inició a las 10:00 de la mañana con una celebración eucarística a cargo del obispo de la diocesis de Baní, monseñor  Freddy Bretón, y del obispo auxiliar de la Arquidiocesis de Santo Domingo, Pablo  Cedano.

Casi  una veintena de internos del recinto, uniformados, auxiliaron en la logística del acto organizado por el ministerio que encabeza la señora María Altagracia Peralta (Doña Chicha).

A favor de la vida

En el oficio religioso, en el que también participó el coordinador de la Pastoral Penitenciaria, Fray Arístides Jiménez Richardson y cuatro diáconos, Bretón resaltó la importancia que tiene para la iglesia el que la vida sea respetada desde el momento de la concepción, en alusión al recién aprobado artículo  de la Constitución de la República.

“Tenemos que ser coherentes; si es un tesoro de Dios, ¿quién es usted para estar mandando ahí?”, postuló el sacerdote.

Argumentó que en el antiguo testamento ya estaba claro que “la vida es  un tesoro absolutamente del Señor, y de ahí arranca toda la dignidad”, insistió el religioso, previo a la bendición de la obra.

Solemnidad y realidad

Mientras al interior de la capilla la atmósfera de paz  y solemnidad se percibía  hasta el último rincón, el ambiente en la cárcel era el cotidiano.   El sonido potente de un equipo de música en el que sonaron varias salsas, contrastaba con los cánticos religiosos de la misa.

En tanto que los presos, a través de las rejas, pedían dinero de manera insistente o parte del brindis que, a base de quesos, jamones y frutas, degustaban los invitados.

“¡Pásame algo de eso, por favor, que no he comido!” o “¡Dame un par de pesos!”, gritaban. El interés por llevar algo también provocó empujones y estrujones entre cinco de los presos que servían en la actividad, debido a que uno de ellos guardó algunos panes en fundas y  otros  jamones, por lo que  otros, al ver la acción, los interceptaron y los obligaron a compartir. En tanto, quienes departían bajo carpas para protegerse  del sol, no se percataban de esto.

Doña Chicha: “Fue obra de Dios”

La señora María Altagracia Peralta (Doña Chicha) dijo que durante 25 años que tiene el ministerio que preside en esta cárcel tuvo la inquietud de que fuera levantada una capilla allí y comenzó a tocar puertas y así obtuvo los recursos.

La capilla fue diseñada por el arquitecto César Langa, quien también dijo que se sintió ‘tocado por Dios’ cuando se le pidió que la diseñara.

Según explicó Peralta, para levantar la obra utilizaron mano de obra de la misma cárcel. Dijo que los ingenieros que participaron pagaban a los internos por los servicios que prestaron desde diciembre del 2008 hasta mediados del mes actual. La capilla cuenta con lugar para 300 internos, baño y  vestidor para los sacerdotes.

Agradeció la colaboración de todos los que colaboraron con la construcción, las autoridades del recinto y de la Dirección de Prisiones, así como de los religiosos.

Al término entregó las llaves al Fray Jiménez Richardson.

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