MADRID, España.- Uno de los múltiples problemas que ha tenido que resolver, al menos apaciguar, el Papa Francisco, es el enfrentamiento con obispos españoles y de otras nacionalidades que no están de acuerdo con el Pontífice, en algunas de sus visiones y aperturas, relacionados a preceptos de la Iglesia como el matrimonio católico, su rápida disolución, y el acceso de los bautizados divorciados a la comunión.
El enfado es tal, que algunos de los obispos, asistentes al Sínodo sobre la Familia, recién finalizado en el Vaticano, en ocasiones manifestaron públicamente no estar de acuerdo con varios puntos tratados durante la asamblea en la que finalmente se aprobó integrar a aquellos bautizados, que luego de casarse por los ritos de la Iglesia Católica, se divorciaron de sus esposas y volvieron a casarse con otra, y que ahora pueden acceder a los sacramentos, como por ejemplo la comunión, además de agilizar la nulidad matrimonial.
Medidas como estas, han enfurecido a un grupo de obispos ultraconservadores, como José María Rouco Varela, quien fuera durante años cardenal de Madrid, un religioso de pensamientos y actuaciones anticuadas que le han acarreado antipatías.
Los obispos ultraconservadores han mantenido firmemente oposiciones al matrimonio gay y al aborto, temas que generan tensiones en un sector de la Iglesia y, en la sociedad puritana que no desean aperturas de ningún tipo, sino continuar con una religión católica cerrada, sin cambio alguno, aferrados textualmente a las palabras de Jesuscristo en los evangelios, que en cuanto al matrimonio dijo a los fariseos: “No habéis leído, que el que los hizo al principio, varón, hembra los hizo”. “Por esto el hombre dejará padre y madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne, por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”-
Entonces, los fariseos le dijeron a Jesús, “¿Por qué pues, mandó Moisés dar carta de divorcio y repudiarla?”. Jesús contesto: “Por la dureza de vuestro corazon”.
A estas palabras de Jesús, se aferran los obispos que se oponen a una apertura a los divorciados católicos, pues muchos piensan que es una situación que contradice a la ley de Dios.
¿Cuál criterio debe prevalecer… las palabras de Dios, tal como las dictó, o adaptarla a los nuevos tiempos, para no dejar fuera de la Iglesia a muchos católicos?. Realmente, particularmente, no lo sé.