La muerte del sacerdote, filósofo, teólogo y exrector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), monseñor Agripino Núñez Collado, es lamentada por el arzobispo emérito Ramón Benito de la Rosa Carpio y los obispos Víctor Masalles, Jesús Castro Marte y Alfredo de la Cruz Baldera.

Otras autoridades del orden episcopal expresaron su sentir por la partida del religioso, quien fallecido el pasado sábado en un centro médico de la ciudad de Santiago, a los 88 años, y que se ganó el sobrenombre de “Mediador nacional”, por dedicar más de 37 años de su vida a solucionar crisis políticas, económicas y temas del diálogo nacional, que confrontaban a empresarios, políticos y a distintos sectores del país.

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De la Rosa Carpio, emérito de la ciudad de Santiago, de donde era oriundo Núñez Collado, lo despide con esta frase: “Te fuiste cuando menos lo esperábamos. Gracias por tus aportes a la iglesia y al país. Tu alma y tus hechos viven. Eres eterno”. Colgó su condolencia en su cuenta de Tuiter: @monsdelarosa1, acompañada de una fotografía juntos.

Masalles, de la diócesis de Baní, Peravia, dijo a través de @VictorMasalles: “Lamentamos la partida de Agripino Núñez Collado. Gracias a Dios por el invaluable servicio de meditación que ofreció al País, y por un liderazgo puesto al servicio de la conciliación y los acuerdos entre sectores nacionales de capital importancia”.

Seguida de una imagen del sacerdote. Castro Marte, de Higüey, La Altagracia, expresó que hay hombres que por sus buenas obras trascienden el tiempo y la historia. “Descansa en paz Monseñor Agripino”. Un segundo twuit en @Jesuscastro126 amplia su valoración.

Cruz Baldera, de San Francisco de Macorís, pide paz para el alma de monseñor Agripino Niñez Collado, a quien describe como “gran forjador de la PUCMM”. Núñez Collado ingresó en los años 60 a la universidad que dirigió desde 1970 hasta enero del 2014. Era sacerdote desde 1959. Era asesor honorífico del Poder Ejecutivo.

Cuando Núñez Collado presentó sus memorias, dijo que la primera mediación que exigió mucho tiempo y no resultó tan grata fue en 1979, por la cancelación de decenas de maestros y técnicos.