Obispos objetan apertura Iglesia a los homosexuales y divorciados

Obispos objetan apertura Iglesia a los homosexuales y divorciados

CIUDAD DEL VATICANO. AFP. La apertura de la Iglesia hacia los divorciados que se vuelven a casar, a la homosexualidad y a las convivencias, manifestada durante el sínodo de obispos que se celebra en el Vaticano, suscitaba ayer duras críticas de sectores conservadores de la jerarquía de la Iglesia que se oponen a tales reformas.

Dos importantes cardenales, el alemán Gerhard Mueller, prefecto para la Doctrina de la Fe, y el estadounidense Raymond Burke, de la prefectura para la Asignatura Apostólica, han manifestado a la prensa abiertamente su oposición a tales aperturas. «No me importa si algunos no están de acuerdo con mi opinión. Yo digo lo que quiero y, sobre todo, lo que debo decir como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe: la Iglesia no puede reconocer a las parejas homosexuales», advirtió el purpurado alemán.

Igualmente han criticado el método de trabajo del sínodo, que reúne a casi 300 obispos y cardenales de todo el mundo, que según ellos fue cambiado con el objetivo de «manipular la información» sobre los debates internos, ya que se divulga la intervención, pero no el nombre del autor. Igualmente consideran que el documento que resume los debates a puerta cerrada (titulado «Relatio post disceptationem» y que fue divulgado el lunes), no refleja las diferentes posiciones.

Otros dos importantes cardenales, el italiano Camillo Ruini y el sudafricano Wilfrid Napier, tildaron por su parte de peligrosas las aperturas a los divorciados que se vuelven a casar y a los homosexuales.

El diálogo abierto y sin tapujos que el papa Francisco abrió dentro de la Iglesia para hablar de los desafíos que representa la transformación que vive la familia moderna, resulta complejo y tortuoso.

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