POR MANUEL JIMÉNEZ
HIGUEY.– Los obispos oficiaron ayer una misa por las almas de los 136 reclusos que murieron la semana pasada en la cárcel de esta ciudad, durante cuya homilía dijeron que “esos cadáveres calcinados por el fuego” deben ser un llamado “a la conciencia del país para que salgamos de la indiferencia y nos preocupemos por los demás”.

A la misa, oficiada en la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia, asistió el presidente Leonel Fernández acompañado del procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito; del jefe de la Policía, mayor general Manuel de Jesús Pérez Sánchez y el director general de Prisiones, general Juan Ramón de la Cruz Martínez.

 Los bancos del templo fueron totalmente ocupados por familiares y allegados a las víctimas.

Monseñor Gregorio Nicanor Peña, obispo de la Diócesis de La Altagracia, quien tuvo a su cargo la lectura de la homilía, denunció a la mayoría de las cárceles dominicanas como “almacenes de seres humanos”, pero pidió apoyar “con todas nuestras fuerzas” la promesa del presidente Fernández, de construir una nueva cárcel en esta ciudad.

“Nos olvidamos que son personas que tienen una dignidad, que tienen unos derechos y que a pesar de ser reclusos, que han perdido el derecho a la libertad, no han perdido otros derechos que les corresponden como seres humanos”, dijo el obispo.

Consideró que es de todos conocida la situación de precariedad que se vive en los recintos penitenciarios y que parece que no hay voluntad para resolverla, “pues pasa un período y otro de gobierno y el problema sigue igual”.

Al menos 136 reclusos murieron en la madrugada del lunes 6 de marzo, al declararse un incendio en la celda denominada “Vietnam”  de la cárcel pública de esta ciudad, durante una trifulca entre bandas rivales en la que se hicieron disparos, según las autoridades.

En el acto religioso, que se inició pasadas las 10:00 de la mañana tras la llegada aquí en helicóptero del presidente Fernández, intervinieron  los siete obispos y el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo metropolitano de Santo Domingo.

“Creo que este acontecimiento tiene que llevar a toda la ciudadanía, pero de manera muy especial, a las autoridades, a revisar nuestro sistema carcelario y a pensar en el hacinamiento que se da en casi todas las cárceles del país”, dijo el obispo.

En la homilía, monseñor Peña dijo que “quisiera llevarles unas palabras de aliento a todos los familiares y amigos de los reclusos fallecidos, aunque a veces las palabras por muy sentidas que sean, no lleguen al corazón del herido, del afligido”.

Mientras pidió apoyar la promesa presidencial para la construcción de una cárcel moderna en esta ciudad, monseñor Peña llamó a levantar “nuestras voces ante las autoridades judiciales para que a los reclusos se les trate como seres humanos”.

Al acto religioso asistieron también el Procurador para los Derechos Humanos de Puerto Rico, Carlos López Núñez; el secretario general de la Liga Municipal Dominicana, Amable Aristy Castro; el gobernador provincial Pedro María Reyes Morillo; la sindica municipal, Karina Aristy; el senador Germán Castro y el diputado Ito Bisonó.