Hoy 
POR MANUEL JIMÉNEZ, FIOR GIL Y ANSELMO SILVERIO
Obispos dominicanos, en diferentes actos religiosos, clamaron ayer desde el púlpito porque las autoridades se concentren en mejorar seguridad ciudadana y establezcan mecanismos para combatir la pobreza, el bajo nivel de educación y aumentar las oportunidades de empleo.
En ceremonias religiosas con motivo de las fiestas de Nuestra Señora de la Altagracia, el obispo de La Altagracia, monseñor Nicanor Peña, el arzobispo de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio y el obispo emérito Francisco José Arnaiz, se refirieron al incremento de la delincuencia y a las causas sociales que las impulsan.
Monseñor Peña, obispo de La Altagracia, en una homilía que pronunció ante el presidente Leonel Fernández en la Basílica de Higüey, dijo que el país pide a gritos seguridad.
Asimismo, monseñor Arnaiz, en una homilía que pronunció en la Catedral de Santo Domingo, planteó que el pueblo dominicano tiene que hacer esfuerzos para conseguir un aumento en la producción y la productividad, y criticó el creciente endeudamiento del Estado que entiende aumenta la pobreza de la población.
Monseñor Arnaiz clamó porque haya más responsabilidad, seriedad y solidaridad para enfrentar los problemas, y criticó a los partidos políticos que están enfrentados en la lucha por el poder sin tomar en cuenta que su función es resolver los problemas de la población.
A su vez, el presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, monseñor De la Rosa y Carpio, instó al gobierno y a todos los sectores a que aumenten la inversión programas de seguridad porque un Estado debe ser para proteger a su gente, debe estar al servicio de la gente».
Monseñor Peña dijo que la población se estremece ante el aumento de la delincuencia, criminalidad, robos y atracos, el consumo y distribución de drogas, y el irrespeto a las leyes.
Da la impresión de que las cosas se nos han ido de la mano, dijo el obispo en la homilía que pronunció en el Tedeum oficiado en la Basílica de esta ciudad con motivo del Día de la Altagracia, Madre Espiritual del Pueblo Dominicano.
