Objeta destrucción misiles

<p>Objeta destrucción misiles</p>

MANAGUA (AP) _ El presidente nicaragüense Daniel Ortega manifestó su rechazo a la destrucción de los misiles antiaéreos SAM-7 por considerar que son armas defensivas y ante el hecho de que a otros países de la región se les proporciona aviones de combate.

«El gobierno de Estados Unidos aprobó renovar la flota aérea de guerra a Honduras y, por otro lado, se nos va a pedir a nosotros que se destruyan los cohetes, eso sería absurdo, inadmisible’’, dijo Ortega a periodistas, tras una visita que hizo al cardenal Miguel Obando el viernes por la noche, con motivo de su 81 cumpleaños.

El mandatario afirmó que a los centroamericanos «no nos conviene ir por una carrera armamentista, sino más bien hay que detenerla y frenar cualquier paso en esa dirección’’.

Ortega exhortó a los diputados nicaragüenses tomar en cuenta la decisión del gobierno de Estados Unidos a la hora de discutir el tema de la destrucción de unos 1.000 misiles portátiles, de fabricación rusa, que mantiene el ejército desde la década de 1980.

Una comisión de la Asamblea Nacional citó para el martes al jefe del ejército, general Omar Halleslevens, para que rinda un informe sobre la cantidad de misiles que pueden ser destruidos, como se comprometió en el 2003 el gobierno del entonces presidente Enrique Bolaños.

Ortega dijo que sobre este asunto conversó en la semana con Halleslevens, debido a que Nicaragua es el país que mayor avance ha alcanzado en cuanto al desarme en el marco del denominado Balance Razonable de Fuerzas en Centroamérica.

«El hecho que Honduras tiene flota aérea de guerra, El Salvador tiene también aviación, nosotros no tenemos, eso explica por qué Nicaragua tiene los cohetes’’, dijo el mandatario.

Nicaragua tiene como flota aérea solo helicópteros de transporte tipo MI-17.

Bolaños se comprometió con Estados Unidos en el 2003 a destruir la mayoría de los más de 2.000 misiles SAM-7, donados en la década de 1980 por la hoy desaparecida Unión Soviética al primer gobierno sandinista que encabezó Ortega.

En tres operativos desde 2003 se destruyeron más de 1.000 cohetes. El ejército tiene actualmente en su poder un total de 1.052 misiles, y aunque los jefes castrenses aseguran que acatarán cualquier decisión de las autoridades civiles, éstos prefieren dejar una reserva de al menos 400 para garantizar la defensa antiaérea del país.

Para aprobar la destrucción de esas armas, el Congreso unicameral requiere del voto a favor de al menos 57 de los 92 diputados que componen ese poder.

Los sandinistas tienen 38 escaños, mientras que la oposición sumaría 54 votos.

Estados Unidos ha propuesto la destrucción de los misiles antiaéreos ante la eventualidad de que caigan en manos de terroristas, pero el ejército local garantiza que están bien vigilados.

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