Objetivos necesitan otras mentalidades

Objetivos necesitan otras mentalidades

Los Gobiernos dominicanos que se han sucedido en el poder a partir de 1990 han desplegado pocos esfuerzos conscientes para cumplir con los Objetivos del Milenio. Los logros que hayan podido alcanzarse en algunas áreas u objetivos han sido el resultado del “goteo” que produce el crecimiento económico.

Probablemente quienes hayan formado parte de esos Gobiernos no admitirán nuestra afirmación. Mucho menos quienes los han encabezado. Pero la realidad está ahí, terca, tozuda, con la elocuencia de todo lo que es visible.

Es, en general, una situación similar a lo que ocurre en toda América Latina. Hoy, en el 2010, somos el subcontinente o la región del mundo con mayores desniveles sociales. Como en 1990.

Ocurre que los políticos latinoamericanos piensan en el poder, sueñan con el poder, se obsesionan con el poder, generalmente por el poder mismo o para disfrutarlo, para gozarlo, para abrazarse a él con emoción erótica. El poder, en general, y el poder político en particular es, entre los latinoamericanos, una suerte de extensión de su machismo. Se quiere el poder y se busca el poder para sentirse fuerte, para sentirse poderoso, para asemejarse a Dios.

“Nada se parece tanto a Dios como un presidente”, suele decirse a lo largo de toda la región.

Otra sería la suerte de América Latina y de su población si el poder se buscara, aunque fuera de forma obsesiva, para que la gente fuera feliz, para que la gente pudiera comer cada día, educarse, sanarse, tener una vivienda, disfrutar del ocio, asegurarse el futuro. Los latinoamericanos han carecido, en general, de gobernantes que asuman la dirección de sus países con esta visión.

Han faltado las políticas dirigidas a romper con la pobreza y sus consecuencias tan negativas en todos los órdenes de la vida.

América Latina necesita, para su desarrollo, gobernantes con otras mentalidades.

La pobreza entre los dominicanos

La pobreza es un gran reto para los dominicanos, particularmente para los responsables de diseñar y ejecutar políticas públicas. Según la Cepal, una dependencia de las Naciones Unidas, el 44.3% de la población vive en situación de pobreza. Pero si la Cepal no lo dijera, es un hecho que tenemos ante nuestros ojos, y por dondequiera.    

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