Obligación moral de vacunarse

Obligación moral de vacunarse

Con presiones de los liderazgos comunitarios, profesionales y empresariales debe propiciarse masivamente la aceptación de dosis del Plan Nacional de Vacunación como el arma verdaderamente efectiva contra el rebrote de la enfermedad ahora vigente.

Desde el punto de vista de los derechos individuales y de la Constitución que los respalda, la obligatoriedad aplicada con ejercicios de autoridad quedaría fuera de lugar.

Existe, sin embargo, el implícito compromiso con la salud y la vida de una parte importante de la sociedad altamente preocupada por el vacío de inmunización en que permanece un sector ciudadano por motivos inaceptables desde el punto de vista científico.

En oposición, por individualismo, a la solidaridad y al bien común.

Sin coacción, procede subordinar la aceptación regular de presencia en sitios laborales, de cultos y agremiaciones vecinales, profesionales, deportivas y de otra naturaleza, a llenar previamente el requisito de vacunarse.

En función de directrices trazadas desde lo público y desde lo privado, debe convertirse en un ineludible paso a dar por el bien colectivo el adquirir la inmunidad que logran las inoculaciones.

Los remisos que no puedan justificar su rechazo en precondiciones de salud, deben hallar por todos lados el reclamo de procurar la inmunidad de rebaño que evita las peores manifestaciones de la enfermedad convertida en azote.

Apoyo al Museo de la Resistencia

Los horrores sobrepasados tras el año 1961 y el indeclinable propósito de mantener a la tiranía trujillista en la execración del nunca jamás que merece, confieren particular importancia al acopio y exposición de las sangrientas huellas dejadas por un monstruo en el poder.

El país fue maltratado por una jefatura de Estado posterior al ajusticiamiento que se ocupó de quitar visibilidad a escenarios de la barbarie incluida La 40. Intentos de desfigurar el pasado.

El Museo de la Resistencia es el resultado de un esfuerzo inspirado en el sacrificio de muchas víctimas causadas a esta patria por aquella maquinaria de terror que no debe inspirar nostalgias ni abrir espacios a manipulaciones para justificar la opresión.

Esa ventana contra el olvido no debe cerrarse por precariedades. Que no falten recursos ni sea afectada por contradicciones estériles.

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