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La Habana, 25 ene (EFE).- Las obras para la ampliación de la «Tribuna Anti-imperialista» frente a la Sección de Intereses de EEUU (Sina) en La Habana, abrió hoy un nuevo capítulo del conflicto entre las autoridades cubanas y la sede diplomática estadounidense.
Sin tiempo para la resaca por la multitudinaria manifestación que congregó a 1,4 millones de personas, según medios oficiales, en el malecón habanero para protestar contra la política de Washington, el popular paseo volvió hoy a quedar colapsado.
En esta ocasión no fueron las marchas sino las enormes cantidades de tierra extraídas de una zanja de un metro de profundidad y unos 20 de ancho en forma de «V» abierta que apareció hoy frente al edificio de la Sina.
Alrededor de medio centenar de trabajadores de la construcción trabajan en las obras de ampliación de la Tribuna desde anoche, con los carteles alusivos al presidente estadounidense, George W. Bush, y al anticastrista acusado de terrorismo por La Habana Luis Posada Carriles aún colgados en las farolas de los alrededores.
El encargado de las obras, Luis López, indicó a EFE que «se está haciendo una ampliación de la Tribuna», aunque no precisó la forma que tendrá la construcción, ya que «el proyecto no está todavía concluido».
A pesar de que la zanja ha dejado sin aparcamiento a los funcionarios de la sede diplomática, López dijo que «la Sección de Intereses es una cosa y esto es otra, no tiene nada que ver».
Fuentes de la administración cubana evitaron dar detalles sobre el proyecto y señalaron que aún «no hay versión oficial», mientras los trabajos continúan con el apoyo de maquinaria pesada, incluidas, excavadoras, apisonadoras y camiones de diverso porte.
La oficina diplomática estadounidense comenzó la pasada semana a transmitir mensajes políticos alusivos a los derechos humanos e informaciones de actualidad desde pantallas luminosas instaladas en el quinto piso de su edificio, según fuentes estadounidenses, para «romper el bloqueo informativo» de los cubanos.
La Sina activó la transmisión el martes, mientras el presidente cubano, Fidel Castro, se dirigía a las masas al inicio de la movilización.
«Ya encendieron el cartelito, qué valientes son las cucarachas», dijo Castro.
Un portavoz de la Sección de Intereses dijo hoy a EFE que, en su opinión, «queda muy claro que es una especie de muro o al menos algo que serviría para obstaculizar la vista de nuestro rótulo».
«Esto demuestra de un forma muy clara que el gobierno cubano teme mucho el diálogo y el despliegue de información sin censura entre el pueblo cubano», agregó.
El Ministerio de Relaciones Exteriores cubano convocó el martes pasado a funcionarios estadounidenses para informarles de que ya no dispondrían del espacio destinado al estacionamiento.
La Sección de Intereses seguirá con sus proyecciones audiovisuales cuando les «parezca apropiado», apuntó el portavoz de la Sección de Intereses, que afirmó que las autoridades estadounidenses no se han sorprendido por la reacción del gobierno cubano.
Este nuevo conflicto entre Washington y La Habana supera los límites de la llamada «Guerra de los carteles», que estalló en diciembre del 2004, cuando la oficina estadounidense instaló carteles alusivos a los 75 disidentes condenados en la primavera del 2003.
Las autoridades cubanas decidieron entonces levantar grandes vallas sobre el malecón con imágenes de torturas a presos iraquíes en cárceles de los Estados Unidos.
Castro ha reiterado en los últimos días que las «groseras provocaciones que se vienen realizando desde la Oficina de Intereses en La Habana no tienen, ni pueden tener, otro propósito» que la ruptura de los acuerdos diplomáticos que mantienen ambos países.
El mandatario cubano no escatimó en apelativos al jefe de esta sección, Michael Parmly, a quien llamó «idiota, bandido y tipejo», el pasado fin de semana durante su alocución en el programa de la televisión cubana «Mesa Redonda».
Cuba y EEUU no tienen relaciones diplomáticas desde 1961, pero los dos gobiernos mantienen «Secciones de Intereses» en ambas capitales desde 1977. EFE
