Obras de arte famosas que han sido atacadas

<STRONG>Obras de arte famosas que han sido atacadas</STRONG>

Un hombre fue arrestado en relación con la desfiguración de una obra del artista estadounidense Mark Rothko en la galería Tate Modern de Londres, Reino Unido.

Una portavoz del museo señaló que un visitante roció una pequeña cantidad de pintura negra a uno de los murales «Seagram» del artista.

Rothko, un modernista nacido en Rusia, es uno de los pintores más importantes de posguerra.

Se trata de uno de los actos más recientes de vandalismo contra una obra de arte.

Sin embargo, incidentes de ese tipo se han registrado en la historia desde tiempos tan antiguos como el año 455 antes de Cristo, cuando vándalos (un pueblo germano de Europa central) invadieron Roma y destruyeron numerosas piezas de arte.

Esas invasiones se recuerdan como una de las peores expresiones de desfiguramiento del arte.

BBC Mundo les presenta otras obras de arte que han sido el blanco de ataques en años recientes.

«La ronda nocturna», Rembrandt. La pintura del maestro holandés -una de las más famosas del museo Rijksmuseum de Amsterdam- ha sido desfigurada tres veces.

El primer intento se produjo en 1911, cuando un exchef de la marina atacó la pieza con un cuchillo, pero no pudo cortar el sólido barniz.

En 1975, William de Rijk rasgó en repetidas ocasiones la obra.

Tras asegurar que Jesús lo había forzado a hacerlo, el profesor de escuela desempleado fue enviado a un hospital psiquiátrico. La pintura fue restaurada, pero todavía se observan rastros de los cortes.

En 1990, la obra fue blanco de vandalismo cuando un paciente de un centro psiquiátrico se escapó y le regó a la pintura ácido sulfúrico.

Solo el barniz resultó dañado. Los guardianes de seguridad reaccionaron con rapidez y diluyeron el ácido con agua y la pintura se restauró nuevamente.

Sin título, Cy Twombly. La artista francocamboyana Rindy Sam fue multada en 2007 por besar y dejar una mancha de pintura de labios en un tríptico sin nombre del artista estadounidense Cy Twombly, que se exhibía en la Colección Lambert en Aviñón, Francia.

Sam le dijo al tribunal que fue «abrumada por la pasión» cuando vio el lienzo en blanco valorado en US$2,5 millones.

«Yo solo le di un beso. Fue un acto de amor cuando la besé. No lo pensé, imaginé que el artista me entendería», indicó Sam.

A la artista se le ordenó pagar US$1.940 en daños a su propietario, US$650 a la galería y un simbólico dólar al artista.

«Piedad», Miguel Ángel. En 1972, Lazlo Toth, un hombre de origen húngaro, se abrió paso entre la multitud de peregrinos que esperaban la bendición papal en la Plaza de San Pedro, y con un martillo de geólogo le asestó varios golpes a la Piedad de Miguel Ángel.

La virgen perdió un brazo, un ojo y parte de la nariz.

Testigos aseguran que mientras destruía a la estatua, el sujeto gritó: «¡Soy Jesucristo, soy Jesucristo!».

Tras el ataque, la pieza fue reconstruida y protegida con una panel a prueba de balas.

«Caridad», Damien Hirst. En 2012, una estatua de 6,7 metros de alto fue manchada con un grafiti cuando se encontraba expuesta en la Academia de Arte Real del Occidente de Inglaterra.

La pieza, que se encontraba en un balcón, pesa 3,5 toneladas y se valora en US$2,4 millones. Se basó en «la colección de la niña de la caja con un oso de peluche y un aparato ortopédico en su pierna».

La imagen fue usada por la fundación de caridad para personas con discapacidades The Spastics Society.

Una firma con espray fue dejada en la falda de la niña por un agresor desconocido.

La academia informó que la estatua fue cubierta por un seguro y que el grafiti será limpiado.

«La sirenita», Edward Eriksen. La estatua que representa el personaje del cuento de Hans Christian Andersen es una de las principales atracciones turísticas en Copenhague, Dinamarca.

Sin embargo, después de ser blanco de numerosos ataques vandálicos desde 1960, los funcionarios decidieron alejarla del puerto y moverla varios metros para protegerla del público.

Ha sido decapitada dos veces, primero en 1964 y nuevamente en 1998. En 1999, un intento de quitarle la cabeza fracasó. La estatua perdió su brazo en 1984, pero se lo colocaron dos días después. En 2003, la sirena fue arrancada de su base con explosivos.

También le han embardunado pintura en varias oportunidades. En una oportunidad se le colocó una burka y en 2006 le pusieron un juguete sexual en su mano.

«Mona Lisa», Leonardo da Vinci. La obra más famosa de Leonardo Da Vinci es una de las obras de arte mejor protegidas en el mundo. Pero, antes de ser cubierta con un vidrio a prueba de balas, la obra fue gravemente dañada durante un ataque con ácido.

Pocos meses después, en diciembre de 1956, un hombre lanzó una piedra, lo que provocó que un poco del pigmento de la parte cercana al codo izquierdo de la Mona Lisa se saliera. Pero volvió a pintarse de nuevo.

Incluso detrás de su actual caja de protección, la cual es un regalo de Japón, la pintura ha sido regularmente atacada, aunque no ha sufrido daños.

En 1974, una mujer roció pintura roja a la obra de arte cuando, en calidad de préstamo, fue expuesta en el Museo Nacional de Tokio. La mujer atacó la obra en protesta por la decisión del recinto de no permitirles a las personas con discapacidades asistir a la exhibición.

Hace tres años, la pieza fue amenazada nuevamente cuando una rusa lanzó una tasa de cerámica que compró en la tienda del museo Louvre.

«La fuente», Marcel Duchamp.»Al francés Pierre Pinoncelli se le dictó una sentencia suspendida de tres meses y se le ordenó pagar casi US$280.000 por atacar con un martillo el orinal de porcelana de Duchamp, en el Centro Pompidou en París, en 2006.

El trabajo era una copia del original, que se informó estaba valorado en cerca de US$4 millones.

En 1993, Pinoncelli había orinado en otra versión del «La fuente» o «Fountain» en una exhibición en Nimes, en el sur de Francia.

El exvendedor argumentaba que el ataque era una expresión artística. Señaló que le molestaba la forma en que una obra de arte radical se había institucionalizado.

«La hice fresca y nueva, creé algo nuevo, algo que Duchamp habría aprobado», indicó.

«La bahía», Helen Frankenthaler. La pintura abstracta de 1963 requirió restauración después de que un niño de 12 años pegó una goma de mascar en el lienzo de la obra cuando era expuesta en el Instituto de Artes de Detroit en 2006.

El chicle dejó una pequeña mancha, pero no causó daño permanente a la obra, valorada en alrededor US$1.5 millones.

El niño, que estuvo visitando la galería en un paseo escolar, fue suspendido.

«La Venus del espejo», Diego Velázquez. En 1914, Mary Richardson, una integrante del movimiento de suffragettes, como se le llamaba a las mujeres que luchaban por obtener el pleno derecho a votar, tomó un cuchillo de carnicero y se lo clavó a la obra del artista español en la Galería Nacional de Londres.

La cortó siete veces, aunque fue reparada con éxito por el director de la unidad de restauración de la galería.

Richardson explicó posteriormente que su intención era protestar por el arresto, ocurrido un día antes, de Emmeline Pankhurst, una líder del movimiento.

«Intenté destruir la imagen de la mujer más hermosa de la historia de la mitología en protesta contra el gobierno por destruir a la señora Pankhurst, quien es el personaje más hermoso de la historia moderna», indicó en un comunicado de prensa.

En una entrevista, Pankhurst indicó que odiaba la forma en que se presentaba la imagen de Venus desnuda ante los hombres.

Varios, Banksy.Tras desatarse la polémica sobre si es posible ejecutar un acto vandálico contra un grafiti, numerosas obras de arte de Banksy han sido desfiguradas o destruidas.

Varias de las instalaciones del prolífico artista callejero han sido cubiertas por trabajadores de la limpieza o por los propietarios de las infraestructuras, muchos de los cuales desconocían que el grafiti estaba valorado en miles de dólares.

Más recientemente, la obra de Banksy en Bristol fue cubierto de pintura negra el pasado octubre en un incidente calificado por residentes como un «acto de vandalismo».

Una imagen de un gorila con una máscara rosada, también en Bristol, fue limpiada por el dueño del edificio, quien dijo que nunca había oído hablar del artista.

La obra de arte ha sido parcialmente restaurada.

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