En el fin de año, las exposiciones se precipitan… y falta tiempo para visitarlas.
Creemos que esta abundancia se explica porque los artistas han trabajado durante meses, decididos a enseñar su producción reciente, y también se piensa que la Navidad es una época propicia a la adquisición de obras de arte, cual un obsequio especial…
¡Ojalá así sea! Mientras tanto, podemos disfrutar excelentes exposiciones como la de Guadalupe Casasnovas, en la Galería Juan Julio Bodden. Un diálogo de alta calidad se entabla entre un verdadero sitial de arte y una exposición cimera ¡que estábamos esperando y nos ha cautivado!
Guadalupe Casasnovas es una artista contemporánea como las hay muy pocas. Su formación superior plural entre arquitectura y artes visuales, contribuyó a que fuese una artista plástica polivalente y destacada.
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En la categoría de escultura, se ha distinguido por una labor constante y una obra inconfundible, que ella sabe llevar a la instalación… Seduce paralelamente en la obra bidimensional y la imagen digital.
Otra sorpresa que nos ha causado consiste en su capacidad como fotógrafa, que aúna sensibilidad, concepto y técnica.
Todavía nos puede impresionar más que Guadalupe sea curadora, gestora cultural y crítica de arte, ¡a un nivel profesional siempre!
Esa última calificación la destinó a presidir la Asociación Dominicana de Críticos de Arte y a formar parte del Comité Organizador de la Bienal. Lo lamentamos bastante porque este compromiso no le permitió participar en la XXX Bienal Nacional y, muy probablemente, distinguirse.
Guadalupe Casasnovas se ha convertido casi en el “terror de los concursos”…, siempre galardonada y en distintas categorías visuales, como si fuera una propiedad natural de su personalidad …
La Exposición
La Galería Bodden, por su disposición espacial, no solamente invita al visitante al recorrido, sino que favorece varias vueltas en torno a las piezas expuestas. Así sucede con las obras de Guadalupe Casasnovas: “Hablando en serie” propone a la vez una secuencia y un circuito, pero cada escultura es única y pide que la veamos en diferentes ángulos.
La artista –magistral, vale la palabra- hace una investigación sobre la forma, logrando en dimensiones relativamente pequeñas, una creación con líneas puras que asocian la armonía, el orden y el ritmo. Su discurso escultórico es sobrio, sutil, refinado… Reina un espíritu de mesura, se siente una energía controlada en una geometría rigurosa.. Y jamás hay el menor descuido en una elaboración, casi perfeccionista…
Además, Guadalupe reflexiona acerca de los materiales que utiliza y/o combina.
La inspiración y el estudio se unen para realizar ensamblajes, tan pulcros y simbióticos que parecen simples… cuando resultan de una complejidad de elementos.
La madera, con sus cortes perfectos, domina, natural o policromada, alternando con placas acrílicas transparentes y fijaciones metálicas.
Curiosamente, la geometría no es fría… se metamorfosea en estética emotiva. Tal vez, el tamaño, a escala nuestra, incide.
Todas las piezas escultóricas expuestas agradan, equivalentes en estética y esmero. Ahora bien, tres de ellas son muy especiales. Un gran “ábaco” con cuentas multicolores expresa que la artista es igualmente artesana y puede jugar, introduciendo esta pieza, y una apropiación de trompo “ensogada”. Por cierto, volvemos a encontrar esa vertiente lúdica en la parte bidimensional de la muestra.
La tercera pieza escultórica de excepción es un ensamblaje círculo-triángulo, verde, transparente, en “altuglas”, colocado en un pedestal iluminado. ¡Una joya! Guadalupe hizo una pequeña obra maestra.
Los cuadros
Las paredes no quedaron vacías. Unos collages suscitaron otra sorpresa y encanto. Guadalupe Casasnovas tiene el sentido del humor hasta en su creación, recortando y pegando imágenes ilustres o curiosidades. No olvidaremos su Mona Lisa.
Más allá de un juego atractivo, están los grandes collages, que deslumbran entre colores, abstracciones y proezas manuales. Dos, tres, cuatro colores, incluyendo el blanco y el negro, instrumentan unos casi bajos relieves de papel grueso.., desgarrado a mano, y preservando las orillas. En verdad impresionantes y hermosos, son ejemplos de arte óptico. ¡Quién diría que en este tiempo excesivamente digital los dedos todavía pueden componer y producir directamente! También permanecerán en nuestra memoria.
“Hablando en serie”- tampoco le falta humor al título de la exposición-es una exposición estupenda, y la “múltiple” Guadalupe Casasnovas, en la galería de arte Bodden, ha presentado tal vez la mejor individual de la temporada.