La Fundación Fénix trabaja en la recuperación de personas que sufren de adicciones y en la prevención de estos trastornos.
Fotografías: Roberto Concepción

Respetuosa del tiempo de los demás, llega puntual a nuestra cita, con una elegancia que va más allá de la apariencia física, convirtiendo su imagen en una belleza que se irradia en el interior del alma y se expresa en una tierna y esperanzadora mirada.

Desde la sala de espera de la Fundación Fénix observo que su primer paso es tomar la Biblia que descansa en el lobby de esta institución para leer con gran devoción la lectura pautada para ese día: Efesios 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de la maldad en las regiones celestes”.

Esto me confirma que doña Giralda de Imbert, presidenta de la Fundación Fénix, es una hija del Señor que se alimenta cada día de la oración central y entiende que las cosas deben pasar en el tiempo de Dios y no en el suyo propio.

“Yo practico la oración en las primeras horas de la mañana. Primero realizo la lectura de la Biblia y luego descanso en el Señor para poder interpretar lo que El me quiere decir”. Luego de escuchar estas palabras, entiendo que existe un ancla en medio de un mar de calamidades, para remontar el vuelo cual Ave Fénix, y renacer para crearse a sí mismo. 

Hace 16 años, doña Giralda, junto a un equipo solidario, crearon la Fundación Fénix, una organización no gubernamental sin fines de lucro, con el objetivo de trabajar en la recuperación de personas que sufren de adicciones y la prevención de esta enfermedad.

 Incorporada mediante Decreto No. 394-94 del Poder Ejecutivo, desde enero de 1995 viene atendiendo a personas afectadas por la enfermedad de la adicción, de acuerdo a la ley 520.

 Entre los nuevos servicios de esta institución está la implementación del Plan Piloto del Programa Residencial que consiste en el internamiento de pacientes a través del cual se le da respuesta a la gran necesidad que enfrenta el país por el incremento de la adicción en todos los niveles.

 “Vamos a llamarle el Plan Piloto porque es un proyecto que está empezando. Nuestro objetivo es poder tener un gran centro residencial para tratar las adicciones porque el país se lo merece”.

Expresa que una de sus grandes satisfacciones, 16 años después de crear esta fundación, es ver cómo las personas  llegan destruidas y luego se convierten en seres de bienestar para la sociedad y su familia. 

A la  pregunta de ¿Quién sufre más, el adicto o la familia?, doña Giralda responde, “la familia, porque el adicto en un momento dado está fuera de la realidad, pero la familia vive en una agonía constante. Es importante que cuando se inicia una recuperación, se involucre la familia, porque está tan enferma como el mismo adicto. Después del cambio, da gusto ver esas personas, son más sensibles porque se ha trabajado la parte esencial de un ser humano que es la emocional y al trabajar esa área, son personas que vibran más intensamente, emocional y espiritualmente hablando”.

Está convencida de que el consumismo es uno de los responsables del incremento de la adicción. “Nos están bombardeando con el consumo y el estatus. Todo el mundo está enfocado a tener y se le olvida el ser, ese ambiente es lo que está destruyendo la sociedad”.

Insiste en que los padres deben de estar en alerta para evitar que sus hijos sean víctimas de este consumo. “Primero en la casa es donde el ser se forma. ¿Cómo una familia va a funcionar si el padre llega y lo primero que le pide a la mujer y hasta al mismo hijo es: “sírveme un trago que tengo que botar el estrés”? Cuando esto ocurre el niño va relacionando relajación con el estrés”.

Para que una persona ingrese a Fundación Fénix lo primero que se necesita es que el enfermo quiera aceptarlo. Que tome la decisión de entrar en la recuperación. “Tenemos un estudio de factibilidad donde el costo del tratamiento es muy alto, entonces lo que hacemos es que con el subsidio que nos da el gobierno, podemos acomodar a las personas de escasos recursos. Además, tenemos un programa de “padrinos” y “madrinas” para aquellos pacientes que aplican para estar en la institución y no tienen  los recursos económicos. Tratamos  de acomodar a esos pacientes para que no dejen de recibir el tratamiento”.

Uno de los casos que ha marcado a doña Giralda fue el de un joven de 16 años, ya que por primera vez tuvieron un menor de edad en la fundación. La madre estaba dispuesta a que el niño recibiera tratamiento, pero el padre no quería. Después de un tiempo en la fundación, el papá lo retiró porque entendía que “ya estaba bueno para ñoñería, que se fuera a trabajar”. Al poco tiempo esta persona perdió la vida.

Para hablar de la logística y el proceso de terapia de la Fundación Fénix, conversamos con el señor Vicente Tapone, director de tratamiento y consejero de adicción, quien nos explicó que tienen un programa multidisciplinario que incluye las áreas de la psiquiatría que es para acompañar al paciente, no solamente en el aspecto clínico, sino en el tratamiento. Cuando se requiere de un doble diagnóstico, de una fase de estabilización emocional y conductual. Mientras que la parte psicoterapeuta está compuesta por profesionales de la psicología con sus especialidades, para acompañar las terapias familiares, ocasionales y en equipo de trabajo. Consta además de un consejero en adicción que son profesionales de la conducta que han sido capacitados para atender a pacientes adictos y co-dependientes y otro grupo que está encargados del monitoreo de residencias.

Si un paciente dura seis meses en recuperación tiene que asistir a 180 reuniones de grupos de autoayuda. Entiéndase “Alcohólicos Anónimos”, entre otros, porque se concibe la recuperación como un proceso para toda la vida. 

¿Cuándo el paciente está listo para enfrentar la vida sin el acompañamiento de un equipo de trabajo?

Cuando ha cumplido con los objetivos y los tratamientos que se trazan en el plan. El tratamiento de un paciente comienza con una entrevista motivacional para tener información básica de quién es la persona y cómo le ha afectado la adicción. Cuando alcanza lograr la etapa final de la recuperación, donde el paciente viene una vez a la semana durante un año para reintegrarse a la sociedad, libres de cualquier adicción.  

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