Obrero sufrió priapismo está normal

Obrero sufrió priapismo está normal

VILLA GONZALEZ (Santiago). El obrero Ignacio Cabrera, quien en marzo pasado sufrió una constante erección (priapismo) superó ese padecimiento y dice que se siente como nuevo con una vida normal.

No obstante, vive en soledad, está desempleado y para no dormir en la calle, cuida una vieja casona, aunque sufre una cruel ceguera que, sin embargo, no le quita su sueño de encontrar una compañera y formar una familia.

Ahora, sin ser blanco de la curiosidad morbosa que motivó su caso, los días los pasa en el vecindario de la calle Manolo González de este municipio, donde prácticamente vive de la caridad pública, sin familiares cercanos ni ningún tipo de protección social, donde cuida la casa 77 de esa misma calle, propiedad de una señora que vive en Estados Unidos.

Cabrera no fuma, no consume alcohol ni anda de «bonche» en las calles, comentó Juana Rodríguez, una vecina que defiende con ardor la dignidad de este hombre.

Al igual que sus hermanos varones Frank, Modesto, José e Iván Cabrera, tiene problemas visuales, asegura que en el caso de su ceguera, «ellos me dijeron que volviera el l9 para chequearme la vista y yo creo que recuperaré la vista, porque no es que sea ciego totalmente».

Sobre la labor médica para eliminarle la anormal erección, dijo que los primeros lavados que le hicieron fue a sangre fría, que le provocaron un insoportable dolor y que “ fue pinchones con aguja los que recibí».

Indicó que en el hospital José María Cabral y Báez se le practicaron dos cirugías, luego de lo cual la erección fue cediendo lentamente y a los l9 días logró recuperarse.

A pesar de que desea casarse, Cabrera dijo que no tiene novia porque espera superar sus problemas visuales, conseguir un empleo para rehabilitarse y rehacer su vida de una forma digna.

En las dos intervenciones quirúrgicas a la que fue sometido, participaron los doctores Fausto Hernández Alberto, Rafael Estrella, Darío Vargas y Eladio Hilario.

Cabrera permaneció casi un mes internado para corregirle problemas falcémicos que, en realidad, fueron las causas de su priapismo.

Cabrera dijo que si no hubiese sido por el terrible dolor que le causaba la erección, «me hubiera quedado así, porque me sentía un hombre enérgico. Imagínese”.

Admite que es analfabeto, porque desde pequeño tuvo problemas de ceguera y heredó eso de su madre Ana Julia Cabrera, que murió cuando era un niño.

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