Obrero y escritor por
hambre gana premio

Obrero y escritor por<BR> hambre gana premio

Hernán Rivera Letelier ha demostrado que se puede ser auténtico y sincero. Él lo ha sido, con la literatura que hace y con las opiniones que expresa sobre esta,  su vida o su forma de analizar lo que pasa en su entorno.

Su historia está narrada de distintas formas en sus trabajos, para los que se vale de todo lo que ha visto y recuerda de él mismo o de los que se le han cruzado en el camino.

Por ejemplo, no cualquier escritor es capaz de -en la cumbre de su carrera- admitir como él que viene de abajo, que hace literatura porque pasó mucha hambre  y que fue explotado por más de 30 años como obrero.

Se dice que él ha roto con el molde del escritor educado y de buena familia y  responde que no es el primero. Que antes que él estuvo “Manuel Rojas y otros que contaron acerca de este mundo marginal y obrero. Ahora la diferencia es en la forma, en el estilo.  Al final el arte es eso, la forma que uno le da. Todo ya está hecho. Yo no estoy contando nada nuevo, lo estoy contando de manera distinta”.

Sin embargo, su vocación para la escritura y su fecunda imaginación, han convertido a este hombre de pueblo y sin formación universitaria, en el escritor contemporáneo más celebrado de su amado Chile y en muchos países de habla hispana.

Esta fascinación ahora se extenderá por fronteras insospechadas, al conocerse la buena nueva de que ha sido el ganador del Premio Alfaguara 2010.

Un premio, que además de sumarle lectores en todo el planeta, le convierte en centro de atención de todos los focos -los foros y los medios- culturales y mediáticos relacionados con el idioma español.

Precisamente, este premio que fuera fundado por el Premio Nobel de Literatura, el español Camilo José Cela, nació con la intención de rendir homenaje a nuestro idioma a través de las letras de los autores de habla hispana.

Sin detenerse a pensar en los ciento setenta y cinco mil dólares que trae consigo el galardón, el escritor no teme en reaccionar de acuerdo a sus convicciones más íntimas.

 “Los premios literarios trastocan un poco la carrera de un escritor, pero no quitan ni ponen nada, o sea, si un escritor es malo, va a ser malo, y si es bueno –como yo– va a ser bueno con premios o sin ellos”.

Valora la importancia de estos en varias vertientes: “al principio porque te dan seguridad en lo que haces y luego cuando eres pobre como una rata y los premios significan unos pesos que te alivian un poco la carga”.

Confiesa que está mal acostumbrado con tantos premios, pero que no escribe para eso. “Yo escribo para salvarme a mí mismo. Ahora, si lo que escribo trasciende y es capaz de salvar a otros, tanto mejor, pero yo escribo para mí”.

Cartografía del desierto.  “Basta con verme la cara para darse cuenta de que intelectual no soy. Tengo más cara de boxeador en decadencia. En mi piel llevo la cartografía de este desierto, no en vano viví 45 años en este lugar, de los cuales fui explotado como un obrero durante 30 años. Yo me crié en este desierto, empecé a leer en el desierto, a escribir en el desierto”, asegura.

Es que “El arte de la resurección”, como se llama la novela que se impuso ante otras 539 de autores de toda hispanoamérica  se desarrolla en el desierto chileno en la primera mitad del siglo XX.

En la misma, el autor  narra las peripecias de un iluminado, Domingo Zárate Vera, “conocido como el Cristo de Elqui, un vagabundo que se cree la reencarnación de Cristo y que desde los 33 años lleva 10 predicando por las tierras chilenas, se entera de que en una de las oficinas salitreras vive una prostituta que siente veneración por la Virgen del Carmen y a la que sus clientes consideran una verdadera creyente”.

“Domingo, que ya ha tenido una serie de discípulas-amantes, va en busca de ella para convencerla de que le acompañe en su sagrada misión de advertir a las gentes de la inminente llegada del fin del mundo”, expresa una nota informativa del galardón.

Lo más divertido es saber que este personaje ya ha hecho apariciones esporádicas en otros textos del mismo autor y de

Manuel Vincent, dos veces ganador del Premio Alfagura,  define la novela de Rivera Letelier “El arte de la Resurección” de la que fue jurado seleccionador, como una novela de gran “fuerza narrativa”.

Dice que en ella  está presente “la creación de una geografía personal a través del humor, el surrealismo y la tragedia. Es un mundo fantasmagórico lleno de palabras maravillosas”.

En síntesis

Hernán Rivera Letelier

Autor de una de las obras más difundidas en Chile: La Reina Isabel cantaba rancheras, premiada por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura en 1994, que también premió (1996) Himno del ángel parado en una pata. A las que le siguieron: Fatamorgana de amor con banda de música (1998);  cuentos Donde mueren los valientes (1999); Los trenes se van al purgatorio (2000); Santa María de las flores negras (2002). Canción para caminar sobre las aguas (2004), Romance del duende que me escribe las novelas (2005), El fantasista (2006), Mi nombre es Malarrosa (2008) y La contadora de películas (2009).  Es  Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia, 2001.

Ganadores

Manuel Vincent*

1965.- Las corrupciones (Jesús Torbado)

 1966.- Pascua y naranjas (Manuel Vicent)

 1967.- Fauna (Héctor Vázquez-Azpiri)

1968.- Corte de corteza (Daniel Sueiro)

1970Todas esas muertes (Carlos Droguett)

 1971.- 1Leña verde (Luis Berenguer)

1972.- Florido mayo (Alfonso Grosso)

*Ganador también en el 1999, con Son de Mar. Fue jurado de esta selección.

Sergio Ramírez

1999 Margarita está linda la mar

1998 Caracol Beach (Eliseo Alberto)

1999 Son de mar (Manuel Vicent)

2000 Última noticias del paraíso (Clara Sánchez )

2001 La piel del cielo (Elena Poniatowska)

 2002 Tomás Eloy Martínez (Argentina, 1934-2010) por El vuelo de la reina

2003 Diablo guardián (Xavier Velasco) (

Tomás Eloy Martínez

2002 Tomás Eloy Martínez (Argentina, 1934-2010) por El vuelo de la reina

2003 Xavier Velasco (México, 1958) por Diablo guardián

2004 Laura Restrepo (Colombia, 1950) por Delirio

Santiago Roncagliolo

2005 El turno del escriba (Graciela Montes y Ema Wolf)

2006 Abril Rojo (Santiago Roncagliolo)

2007 Mira si yo te querré (Luis Leante)

2008 Chiquita (Antonio Orlando Rodríguez)

Andrés Newman

2009 El viajero del siglo, de Andrés Neuman

2010 El arte de la Resurrección (Hernán Rivera Letelier)

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