POR ROSA ALCANTARA
La decisión de la  Junta Central Electoral (JCE) de dejar sin efecto la implementación del reglamento electoral, evidencia debilidad del  organismo por su división interna, como también refleja la incidencia que tienen los partidos políticos para determinar su proceder.

   Los politólogos César Pérez, Francisco Cueto, Ramón Tejada Holguín, Belarminio Ramírez y Pedro Catrain,  al opinar sobre la votación dividida de los jueces de la JCE  que permitió la  no aplicación del  Reglamento de Campaña Electoral, Actos de Propaganda y uso de Medios de Comunicación con miras a las elecciones del 2008, advirtieron que es lamentable que la Junta haya sido incapaz de hacer valer sus decisiones frente al país y los partidos políticos.

Entrevistados por separado, los analistas políticos coincidieron en exhortar a los magistrados de la JCE a abandonar sus diferencias internas y en cambio proceder, como una institución monolítica,  a cumplir con su responsabilidad, de arbitrar la campaña electoral y organizar unos comicios transparentes. Por su lado, Pérez dijo que la decisión de la Junta es otra evidencia de su debilidad, producto a que ese organismo fue creada por pecado concebido y  no tiene  legitimidad por la forma  que fue escogida y  como sus integrantes se han manejado.

Exhortó a los jueces a reencaminar sus pasos mediante un acuerdo de procedimiento, donde se dejen los pleitos internos.

Consideró difícil que la JCE  pueda evacuar una sentencia que se acepte y criticó que las contradicciones de los partidos políticos sean llevados a la Junta.   

En tanto, Cueto, quien es director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), consideró que lo que sucedió en la JCE manifiesta una debilidad organizativa  en su interior. Entiende que antes del tribunal electoral presentar el reglamento debió tomar en cuenta  cómo iban a responder los partidos políticos y saber si el organismo estaba  articulado a su interior.

 Asimismo, dijo que cada uno de los jueces electorales son valiosos, empero, subrayó que al momento de unificarse tienen dificultades, lo que atribuyó a las diferencias en la personalidad, carácter y estilo.

Asimismo, Tejada Holguín criticó que el presidente de la Cámara Administrativa de la JCE, Roberto Rosario, votara en contra de que el reglamento se implementara, cuando fue ese organismo el que lo propuso y lo redactó. Expresó que eso evidencia el nivel de separación, de división y la influencia de los partidos políticos en la Junta “se podría sospechar que hubo ahí algún cabildeo de organismos externos de la junta para que eso no se aprobara”.

Entiende que eso  coloca al  organismo en una posición de debilidad frente a la población y de que no tiene la capacidad ni los mecanismos de poder para hacer valer sus decisiones,  para reglamentar de manera efectiva el proceso electoral y de controlar  a los partidos políticos.

Entretanto, Catrain consideró que los partidos políticos tradicionales, el clientelismo y la política de baja calidad,  doblaron el brazo a la JCE.

Consideró que el reglamento  era una oportunidad para conseguir la igualdad de oportunidades de todos los partidos políticos.

De su lado, Ramírez atribuyó a los conflictos internos en la JCE la no implementación del reglamento, el cual, dijo, era un instrumento positivo porque iba orientado a ser que la campaña sea más corta y menos costosa.

Criticó que en la JCE haya jueces que actúen representando y recibiendo órdenes de  los partidos, lo que, aseguró, le está haciendo daño.