Observan marginación iglesias

Observan marginación iglesias

El Concilio Evangélico de las Asambleas de Dios dijo ayer que la asignación pobre que aparece en el Presupuesto Nacional a favor de las iglesias evangélicas demuestra claramente que todavía este sigue siendo un sector marginado por las autoridades y por el Gobierno dominicano.  Los reverendos Alejandro Pérez Jerónimo y Carlos Mateo

Superintendente Nacional y Secretario Ejecutivo de la entidad evangélica manifestaron resaltaron el hecho de que la Iglesia Católica aparezca con una asignación de 35 millones de pesos, en comparación con los seis millones que se le otorgan a algunas entidades evangélicas, pues es justo reconocer que las parroquias católicas realizan una gran labor a favor de la sociedad dominicana. «Lo que sí nos preocupa es el hecho de que exista una diferencia tan abismal cuando todo el mundo sabe en este país que las congregaciones protestantes, al igual que las parroquias, están haciendo un trabajo encomiable a favor de  las comunidades y de la nación», expresan.

En un documento para prensa los ministros evangélicos dicen que si su trabajo no ha tenido un mayor alcance, es precisamente porque hemos venido asistiendo a las comunidades y a nuestra membresía con las manos peladas, contando sólo con lo poco que pueden aportar nuestros mismos feligreses.

Explican que la falta de recursos es lo que ha llevado a que existan templos paralizados, a que se hagan sólo con el paso del largo tiempo y con la fidelidad y paciencia de los hermanos.

«Todavía tenemos comunidades donde la gente recibe los cultos en pequeñas ranchetas cobijadas de zinc y techadas con madera sencilla, y todo porque son comunidades pobres donde los feligreses no cuentan con los recursos necesarios para tener un lugar adecuado donde poder practicar su fe», agregan.

Sostienen que esa situación constituye para ellos un verdadero dolor de cabeza.»Desgraciadamente, nosotros tenemos que decirlo, no estamos muy esperanzados de que este pueda cambiar. Aquí hay muchos proyectos que por el sólo hecho de pertenecer o provenir de los evangélicos se paralizan como si hubiera una intención marcada a no permitir que el Estado reconozca de algún modo la labor de las iglesias protestantes».

Lamentan que haya manos escondidas que se oponen a que los evangélicos sean beneficiados con la inyección de recursos para dinamizar y ampliar el trabajo que desde ya están realizando en el país.

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