La sangre no tiene precio. Salva vidas en los procesos quirúrgicos, traumas y cesáreas complicadas pero, como el país no tiene política pública para obtenerla, los que la necesitan viven un verdadero viacrucis.
Al tema se refirieron los doctores Julio Amado Castaños Guzmán, hematólogo y presidente del patronato del Hospital General de la Plaza de la Salud; Jacqueline de Lara, directora del laboratorio y banco de sangre del Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat); y la doctora Diana Ramírez, hematóloga y directora de Referencia Banco de Sangre.
Los expertos consultados por Hoy admiten que la gente va de un lado a otro y que la gente se ve muy desesperada cuando se requiere sangre para una emergencia o una intervención quirúrgica.
Por este motivo, Castaños Guzmán, De Lara y Ramírez insisten en que en el país se debe motivar la donación voluntaria de sangre.
Y es que, sostienen, la ausencia de una política de sangre desde el Estado ha permitido que los grupos privados hayan avanzado y tomen un liderazgo, sobre todo para el Día Mundial del Donante. “Parecería que ese es un espacio del sector privado”, asegura Castaños Guzmán.
La reserva. La sangre se reserva casi siempre cuando hay casos de cirugías, traumas, procedimientos obstétricos y en unidades oncología. En caso de que hubiera en los hospitales, incluso, se evitarían muchas muertes maternas.
“Cuando se presenta un cáncer, lo primero que se deprime con la quimio es la producción de glóbulos rojos, pues las células madres se mueren y se deja de producir sangre y hay que suministrarla”, dijo el hematólogo Castaños Guzmán. También los falcémicos, que son el 5% de la población, tienen como única opción la transfusión sanguínea.
En toda cirugía se solicita que haya reservas de sangre, aunque no la utilicen en las intervenciones.
Más demandada. El tipo de sangre que más demanda la población es la O positiva: representa al 45%, asegura la doctora Diana Ramírez, de Referencia Banco de Sangre. El tipo A positivo representa el 40%. El tipo O positivo puede ceder sangre a los demás grupos sanguíneos pero el RH Negativo aporta a su mismo grupo.
En países desarrollados, por cada 1,000 habitantes 32 o 33 personas donan pero en el país, por cada 1,000 habitantes donan menos de tres personas, lo que debe ser revertido, según coinciden los tres especialistas en el tema.
Para poder satisfacer la demanda de sangre, dicen, la donación debería estar entre 30 y 40 personas por cada mil habitantes.
Por ello, el hematólogo Castaños Guzmán asegura que en la actualidad en la República Dominicana hay un gran déficit de sangre.
“Es una brecha enorme, la responsabilidad se la habían dejado a la Cruz Roja pues por décadas esa institución asumió esa responsabilidad desde los tiempos de la primera y segunda guerra mundial”.
Estudios. Los estudiosos del tema de la sangre saben que todavía no existe una política al respecto debidamente regulada pero reconocen avances en materia de calidad en los centros privados y las entidades descentralizadas.
Tanto el Hospital General de la Plaza de la Salud como Cedimat tienen tecnología avanzada para el procesamiento y clasificación de la sangre y sus hemoderivados.
Una sola máquina puede hacer clasificaciones antes impensables en el país, asegura, Gilda Tolares, gerente del laboratorio clínico y banco de sangre del Hospital General Plaza de la Salud. Este centro ha recibido 4,942 donantes en lo que va de año. En el año 2018 hubo 10,633 donantes.
Déficit. El déficit de sangre en el país se acerca a las 200 mil unidades y se espera que el nuevo hemocentro supla 111 mil en los primeros años, afirman las autoridades. En la República Dominicana existen 62 bancos de sangre: la mitad pertenece al Ministerio de Salud y el resto lo manejan el sector privado y militar.
Rigurosidad. A nivel de los grandes centros privados y descentralizados existe una mayor rigurosidad para que la sangre que llega al paciente que la necesite esté en óptimas condiciones y no haya transmisión de enfermedades.
Tipos de donantes. Existen tres tipos de donantes: el primer tipo es el altruista, que tiene un grado de conciencia y no va a donar por una emergencia. Esos son los mínimos aunque deberían ser lo más. A veces pertenecen a clubes.
El segundo tipo es el familiar, que va a donar si se presenta un evento que requiera sangre: no es un voluntario regular, sino que responde a una necesidad del momento.
El tercer tipo de donante es remunerado, que es el que prevalece. A veces no tienen buena salud y tienen un perfil complejo.
Se trata de personas que van a redes de bancos de sangre que son privados y clandestinos, donde les dan una cuota para que ellos finalmente donen.
La práctica no debería existir porque es peligrosa, según coinciden Castaños y De Lara.
Importante. Con una unidad de sangre donada se pueden salvar tres vidas pues la sangre se separa en plaquetas, plasma y paquete globular, explica la directora del banco de sangre de Cedimat, Jacqueline de Lara.
Los tres componentes de la sangre no se usan en un mismo paciente: cada uno de ellos puede requerir un componente diferente, por lo que el procesamiento y desagregado hace que se optimice ese recurso. La sangre también tiene los glóbulos blancos.
Cómo se hace. A cada donante se le toma una unidad de sangre, asegura De Lara. Si un paciente es llevado a una intervención cardiovascular, por lo general le piden, plaqueta, plasma y paquete globular. Si se requiere aféresis se pone al paciente en una máquina, con la cual se extrae una mayor cantidad de plaquetas, hasta el punto que con un paquete se suplen hasta ocho unidades estándar.
En el caso específico de Cedimat, el 85% de la sangre que colecta está destinada a las necesidades de los pacientes que van a intervenciones cardiovasculares, expresa la gerente.
Cada mes se reciben 350 donantes: son familiares de los pacientes que donan por la necesidad del momento. En la experiencia que tienen los gerentes de los bancos de sangre, el dominicano es solidario: si se comunica que se necesita sangre, se produce una avalancha de personas, asegura De Lara.
El gran problema, insiste, es que no se ha orquestado un sistema basado en la donación voluntaria, por lo que propone que la formación y la sensibilidad acerca del tema se implemente desde el bachillerato.
En la República Dominicana, el 90% de los donantes son hombres y eso es debido a los patrones culturales, dice la directora de Referencia Banco de Sangre, lo cual comparte De Lara.
Útil y peligrosa. Mucha gente muere en quirófano por errores de transfusión. Se necesita un tamizaje que garantice que no se están transmitiendo enfermedades como el VIH y la hepatitis, dicen los expertos.
Una sangre que no ha sido debidamente procesada o mal trasfundida puede enviar al receptor o paciente a la muerte, por lo que se requiere de una rigurosa batería de estudios para procesarla y eso tiene un alto costo en el mercado.
La esperanza. El hemocentro puede ser el gran centro nacional que organice y articule todos los servicios públicos y privados del país, coinciden. Empero, para Castaños Guzmán, no debe tratarse un simple centro de abastecimiento de sangre.
La obra, que será inaugurada en este mes, debe dirigir toda la política de sangre del país. El sector privado ha puesto su esperanza en el hemocentro; cree que el país no puede seguir con un desorden.