Es la compañía hotelera de todo incluido con mayor presencia en el Caribe, pero que también tiene establecimientos en España y el Norte de Africa: más de 80 hoteles, nueve de ellos en la República Dominicana. Occidental llegó al país en 1983 para administrar el Embajador, hoy propiedad de la cadena y uno de los hoteles de ciudad más emblemáticos del país. La compra de Allegro, en 1999, abrió una nueva etapa.

La cadena nació en 1982, con un capital de un millón de pesetas (6,000 euros) y un hotel en Madrid, el Miguel Angel, que hoy es todo un símbolo en España. El primer paso fue venir a la República Dominicana, donde comenzó a administrar el veterano Hotel Embajador. «Fuimos la primera compañía española que llegó al país a administrar. Desde su creación, Occidental tuvo vocación internacional», explica el subdirector general de Operaciones del Caribe, Ventura Serra.

La República Dominicana fue la pista de lanzamiento; la plataforma de introducción al Caribe. Varios años de rodaje, hasta que en 1999 la compañía decide adquirir, por más de 500 millones de dólares, la cadena Allegro Resorts. «A partir de ahí hacemos el verdadero despegue en la región»: Costa Rica, México, Aruba, Antigua, Jamaica…y ahora también Cuba, con un hotel de ciudad en la Habana y otro en Holguín.

En 2000 comenzaba una nueva etapa, marcada por un camino que empujaba hacia la cohesión regional y el ordenamiento de un extenso portafolio de productos. «Se trataba de dimensionar nuestra presencia regional de una forma estructurada: eso significa saber comunicar al mercado qué tipos de productos tenemos», señala Serra. Con la nueva definición del producto Occidental, que implicó también una nueva imagen corporativa, se ha buscado la adaptación a las necesidades del cliente, apostando, según aseguran sus ejecutivos, por la segmentación y la especialización, con el objeto de llegar a los distintos públicos y dar respuesta a las necesidades planteadas a nivel de la comercialización. Occidental continuó con la potenciación de las dos líneas: vacacional y urbana.

La novedad radicó en la reordenación de las opciones vacacionales para establecer tres tipos de productos: Royal (servicio de lujo cinco estrellas, para parejas y vacaciones de alto ‘standing’), Grand (cuatro estrellas superior, para todas las edades) y Allegro (la línea más divertida y joven, de cuatro estrellas). «Ahora reconoce Serra ya el mercado conoce perfectamente lo que es cada uno y le hemos dado los valores agregados a todos esos productos».

[b]A LA VANGUARDIA[/b]

Entre 1985 y 1995 se va produciendo la incorporación paulatina de nuevos establecimientos a la cadena. Fue en los primeros años de los 90 cuando Occidental tuvo que aprender, desarrollar, comercializar y tratar de ser vanguardista en el ‘todo incluido’. Ahora, está situado entre los primeros puestos del ranking mundial en este apartado, con presencia en 52 destinos diferentes, en 12 países.

Según comenta el subdirector general de Operaciones del Caribe, cuyas oficinas están en Santo Domingo, varias cosas distinguen a la cadena Occidental frente a otras compañías del sector. Una de ellas, su vocación asociativa. «Nosotros hemos crecido gracias a la voluntad de nuestros socios locales y de todas aquellas personas que han entendido que Occidental es un proyecto sólido, que se adapta perfectamente a las circunstancias del medio. Somos dinámicos, elásticos. Somos capaces de adaptarnos y que el cambio no sea un trauma».

Esto enlaza con otra gran cualidad que distingue a la empresa: el gran arraigo y presencia a nivel local. «El mercado local tiene una incidencia muy importante. Por ejemplo, en la República Dominicana, el año pasado llegó a representar hasta más de un 20% del total de clientes. Occidental, cuando aterriza en un lugar, entiende que el negocio también se puede generar dentro del país. Somos una de las compañías que llegamos y automáticamente desarrollamos el mercado local. Porque para poder entender y desarrollar con equilibrio el negocio, hay que contar con éste. Para que el intercambio sea de doble vía y que se crucen las sinergias. Apostamos por las alianzas estratégicas. Entendemos, compartimos y nos nutrimos de las experiencias y aportaciones los que saben, los que conocen el mercado. Así, todos ganamos. Porque entendemos que uno más uno no son dos; son tres o cuatro».

También está el entrenamiento constante a sus empleados (Occidental cuenta con una plantilla de unos 6,500 trabajadores, 3,700 de ellos en suelo criollo). «Somos una de las compañías que más invierte en formación dice Serra. Su posicionamiento se lo debe al equipo humano. Por ejemplo, en República Dominicana funciona OTT, Occidental Training Center, un centro de formación itinerante que cada año se hace un inventario de necesidades y formación.

¿La estrategia de futuro? «Ser cada día más eficientes, proveer de productos y servicios acordes a las necesidades del momento, tener estos productos bien diferenciados y poder capitalizar regionalmente».