“Hay más en la vida que incrementar su velocidad”
Mohandas Gandhi
Durante estos días fuera del país he podido observar los patrones que me generan malestar y me lanzan a la vorágine de acciones interminables. La relación que tenemos con el tiempo es una magnífica señal de cómo nos estamos relacionando con la vida. Un proverbio chino dice que la tensión es quien crees que deberías ser, mientras que la relajación es quien eres.
Estar en bienestar equivale a disfrutar de unas condiciones físicas y mentales que nos proporcionen un sentimiento de satisfacción y tranquilidad. Este estado viene de tomar responsabilidad, de darnos cuenta que somos nosotros quienes creamos nuestros propios pensamientos, sentimientos y acciones.
Nos referimos a bienestar circular al abarcar todas las dimensiones del ser: la física (cuerpo), la emocional (sentimientos), la mental (pensamientos), la espiritual (todo lo que concierne al desarrollo del alma y a la conexión con Dios)
Cuando tenemos una visión holística de lo que somos, entonces podemos coherentemente alcanzar un mayor nivel de bienestar circular. Las 8 palabras mágicas que te permitirán alcanzar y sostener este bienestar son:
1.MUEVE
Algo misterioso ocurre cuando mueves las cosas de tu casa, oficina, carro o cuerpo. Camina, da un paseo por las montañas, sal de la rutina del trabajo y haz algo distinto, aumenta tus relaciones y cambia tus patrones de vida. Cambia la perspectiva. Acércate a las personas con las que puedas ser auténtico y tengan la generosidad de corazón para nutrir tus sueños más locos. No necesitas mover montañas, trasladar una piedra pequeña puede hacer maravillas.
2.TOCA
Toca las partes que amas de tu cuerpo. Abraza algún desconocido en el supermercado, en el parque o en la iglesia. Besa a la gente en la mejilla. Acaricia a tu gato o tu perro un poco más. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de una pieza de madera, toca diferentes texturas. El musgo, las cortezas, las rocas y el agua. Mientras más lo hagas te sentirás más a gusto con el placer de tocar.
3. ESCUCHA
Siéntate en silencio y observa todo lo que espera para ser escuchado. Escucha, lo que dice la gente, a veces, Dios te envía mensajes maravillosos por vía de conversaciones casuales. Escucha la canción que suena en la radio. Escucha tu propia voz interna. Oye el susurro de las hojas, el llamado del grillo, el ladrido del perro. Escucha con tu corazón el susurro apacible y delicado del Creador.
4. SIENTE
Gran parte del malestar que experimentamos viene de la ilusión de evadir el dolor. Cuando te das el permiso de “sentir” plenamente, no hay gran diferencia entre el dolor y el gozo. Sumérjete en la experiencia de sentir hasta que creas que vas a evaporarte. Permítete reír hasta que las lágrimas salgan. Ríndete a la sensualidad de la vida. Utiliza tus sentidos para conectar con lo que te rodea. Si no sientes plenamente, no estás vivo.
5.CONFÍA
Sabes todo lo que necesitas saber. Para tus dudas. Déjate guiar por las corazonadas. Negar tu intuición genera un sentimiento de culpa. Tú y sólo tú sabes lo que es mejor para ti. Si consumes, sin darte cuenta, todo tu día pintando, eso es lo que debes hacer. Si te encanta caminar por la arena a la orilla del mar, encuentra la forma de pasar tiempo allí. Si no confías completamente en ti, te vas secando.
6.COMPARTE
Pasa tiempo con las personas que amas. Mira una película acompañado, camina con alguien por el parque, conversa, habla o lee para otros.Celebra que tu cabello, tu piel, tu cuerpo, tu voz y tus historias son distintas a las de los demás y al mismo tiempo son completamente parecidas. Cocina y come con gente que quieres.
7.RECIBE
Conozco mucha gente que pierde el bienestar por dar, dar y dar a todos menos a si mismas. Acepta los cumplidos con gracia. La voz que necesitas oír, el abrazo que deseas recibir, ese momento para conversar, el dinero que necesitas, etc. Reconoce que eres muy importante, y que tú como cualquier otra persona especial mereces todo lo bueno. Ábrete a recibir, abre tus manos para que sean llenadas con prosperidad.
8. AGRADECE
La madurez es el momento de la vida que nos llega cuando nos darnos cuenta que poner condiciones para «estar bien» es una actitud infantil. TODO es regalo. Los regalos son reciprocados con agradecimiento. Las palabras gracias y agradecimiento son utilizadas 120 veces en la Biblia, especialmente en los Salmos. Recibe todas las cosas buenas que mereces y recuerda mostrar gratitud por tus bendiciones.