BANGKOK. AFP. Ocho soldados perdieron la vida hoy en la explosión de una bomba en el sur de Tailandia, escenario de una insurrección separatista, según un portavoz del ejército, lo que deja en evidencia la fragilidad de las negociaciones actuales entre rebeldes y el gobierno.  

Otras cuatro personas -dos soldados y dos civiles- resultaron heridas en esta explosión registrada en el distrito de Krongpinang de la provincia de Yala, de mayoría musulmana.  

Los soldados, de servicio toda la noche en el sur de su base, regresaban a su residencia cuando explotó el artefacto al paso del vehículo en el que viajaban, causando uno de los ataques más mortíferos a las fuerzas de seguridad en los últimos años. 

«Era una bomba muy potente que destruyó completamente el camión», declaró el coronel Pramote Promin a AFP por teléfono.  

En el vehículo viajaban diez solados, de los que ocho perdieron la vida y dos resultaron heridos, agregó.  

La insurrección ha dejado más de 5.700 muertos desde 2004, y afecta tanto a budistas como a musulmanes en esta región que formó parte de Malasia hasta principios del siglo XX.  

Los separatistas, musulmanes, no forman parte de ningún movimiento yihadista mundial, sino que se rebelan contra lo que califican de discriminación contra la etnia malaya y de religión musulmana en un país esencialmente budista.  

El poder tailandés inició este año negociaciones con varios grupos rebeldes, entre ellos el Barisan Revolusi Nasional (BRN, Frente Nacional Revolucionario) para tratar de poner fin a la insurrección. Pero los ataques se prosiguen casi a diario.