A partir de la tercera década de la vida, el rostro humano comienza a mostrar signos de envejecimiento: la piel pierde elasticidad, turgencia y grasa, cambia la estructura ósea y se multiplican y profundizan las arrugas. La mirada envejece, entristeciendo la expresión facial.

Devolver la belleza y la alegría a la faz de hombres y mujeres es ocupación constante de los oculoplásticos, médicos oftalmólogos con una subespecialidad abarcadora  tanto de la función como de la forma de párpados y cejas,  como de las órbitas y los huesos adyacentes al ojo.

“Las cejas y los párpados juegan un papel fundamental en la expresión. Con ellos se denota enojo, asombro, felicidad, tristeza. El envejecimiento empuja a las estructuras faciales al declive: pierden altura frente, cejas, párpados, nariz, labios”, explica la cirujana oculoplástica Antonina Paniagua, de la Fundación Centro Láser.

A la mirada envejecida la oculoplastia ofrece múltiples respuestas, algunas de las cuales pueden ser combinadas para ofrecer mejores resultados: levantamiento endoscópico de cejas, blefaroplastia con o sin láser, tratamiento de arrugas con botox y mesoterapia con suero autólogo.

“En el levantamiento endoscópico de las cejas, son realizadas incisiones mínimas dentro del cuero cabelludo; con la blefaroplastia o cirugía de  párpados  extraemos grasa y exceso de piel, para devolverles su lozanía; y  mediante el rejuvenecimiento de la piel de los párpados inferiores, quitamos de forma permanente las arrugas alrededor de los ojos”, explica Paniagua.

La especialista indica que el láser de dióxido de carbono (CO2) es ideal para tratar a pacientes con daño en la piel, hipercromía, arrugas y ojeras en los párpados, los cuales quedan completamente rejuvenecidos.  Entre sus ventajas, cita la profundidad controlada del láser, mediante una técnica segura y confiable que permite una regeneración homogénea de la piel.

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Suero autólogo

Una nueva terapia en el arsenal de los oculoplásticos es la mesoterapia con suero autólogo, la cual consiste en inyectar en el rostro un componente  sanguíneo rico en plaquetas extraído del propio paciente.

“Con ello estimulamos la síntesis de colágeno, de queratina y de otras proteínas indispensables para que la piel recupere y mantenga su lozanía por años”, expone la cirujana de Centro Láser.