Ocurrencia

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BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Con frecuencia viene al país uno de esos sabios, inventados o ciertos, que tienen la fortuna de ser invitados para que diserten sobre uno y otro tema. Eso es bueno. Permite conocer de primera mano el pensamiento político, económico, filosófico, literario, científico de personalidades cuyo quehacer es reconocido y respetado en el mundo.

Ahora se conocen y airean las lacras con más frecuencia que lo que se reconoce y respetan las buenas acciones y los desvelos de muchas personas que brillan en distintos campos y países.

Gente hay que todavía no se dio cuenta de que hay muchas formas de dominación y la principal es la que se obtiene por y con el pensamiento.

Hay quienes han trabajado durante siglos en dividir la sociedad entre (iba a escribir peledeístas y los otros) dominados y dominantes.

Los países económica y militarmente poderosos han creado una línea de pensamiento que nos hace creer que somos inferiores.

De ahí que el gaucho, el huaso, el paisa, el Juan bimba, el jíbaro, el vale, el Juan de todos los países, es ninguneado y mirado por encima del hombro, sin que se hagan esfuerzos serios y continuados para que salga de la condición de paria en la que se quiere mantener, para que sea mano de obra barata, semi esclava, en su propio país.  

Se nos niega, de antemano, la posibilidad del desarrollo humano a plenitud, se nos relega a un plano inferior y se nos quiere hacer creer que no merecemos más.

Desde siempre supe que era cuestión de oportunidades y que hay sociedades que las niegan de muchas maneras.

Los sutiles lazos de la discriminación nada tienen que ver con color, religión, condición social, capacidad económica; van más allá, se centran en segar la posibilidad de progreso de la mayoría, negándole las oportunidades.

Desde siempre el hombre ha dejado su casa en busca de nuevos horizontes.

Hubo un tiempo en que regresar era casi imposible por las distancias, por las dificultades, por los insalvables obstáculos que hallaba el emigrante. Ahora es diferente. Ahora el mundo es más pequeño de lo que predijeron algunos futurólogos en su oportunidad.

Los dominicanos tenemos ejemplos a seguir en muchas ramas del saber y quehacer humanos.

Somos, iguales que los demás. Si recibimos el entrenamiento adecuado en el momento preciso, los frutos son similares o mejores a los de personas de paises desarrollados.

Por ejemplo, el pianista y compositor Michel Camilo ha paseado su arte por el mundo entero.

Constancia, determinación, persecución clara de metas y las facilidades para desarrollar habilidades, técnicas, obtener adiestramiento, adquirir conocimientos, permiten el desarrollo humano pleno.

El doctor Carlos Dante Heredia, uno de los mejores especialistas del mundo en el tratamiento de la retina del ojo, ejerce en Barcelona, es dominicano.

El doctor Rafael Lantigua, distinguido endocrinólogo, es uno de los profesores, miembro del Senado de la Universidad de Columbia, jefe de reclutamiento de nuevos médicos del hospital Columbia Medical Center, Miembro de la Academia de Ciencias de la Medicina. Ejerce en Nueva York.

El doctor Hernán Cruz Sánchez, cardiólogo, recién designado miembro de la Sociedad de Cirujanos Torácicos con sede en Chicago, que agrupa a los mejores cirujanos torácicos del mundo. Ejerce en Puerto Rico.

Otros reconocidos médicos son los doctores Antún y Melgen, quienes ejercen en Miami.

Hay muchos talentos dominicanos que residen en el extranjero, cuyos conocimientos bien debían ser aprovechados en cursos, seminarios, cátedras magistrales, junto con otros que residen en el país.

Hay talentos subutilizados en el canto, en la dirección orquestal, en la composición, en la enseñanza, en los deportes, en la música, en la medicina, en el derecho, en la ingeniería.

Sería bueno que una universidad se ocupe de identificarlos y usarlos como profesores. El país sólo ganaría si se organiza algo como lo propuesto.

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