“Oda a la bicicleta”: Pablo Neruda en la literatura de tema deportivo

“Oda a la bicicleta”: Pablo Neruda en la literatura de tema deportivo

El deporte también tiene su lugar en la vasta obra del gran poeta chileno Pablo Neruda, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971, lo que se puede constatar en su hermosa y moderna Oda a la Bicicleta. En tiempos anteriores varios escritores se habían inspirado en el ciclismo, incluso algunos eran asiduos usuarios ejercitándose en horas libres y otros lo utilizaban como medio de transporte, pero la citada creación del autor de Residencia en la Tierra y Canto General, entre otras joyas de ficción, merece un pedestal aparte.
Antonio Gallego Morel, autor de un libro esencial sobre literatura de tema deportivo revela que Lorenzo Stecehetti y Tomaso Cannizaro llevan por primera vez la bicicleta a la poesía italiana del siglo XIX. El interés por esta actividad aumenta cuando se multiplican los clubes de ciclistas, celebrando carreras en París y en Londres. En 1891 se corre por vez primera el tour Bordeux-París, la más antigua de las grandes competiciones ciclistas de Francia.
Rémy Saint Maurice, publica Recordman, la novela que inaugura el tema ciclista en las letras universales en 1898, seguido por J. M. Rosny con Le Roman d´ un cicliste. En España le ponen especial atención a un tipo de libro que es usual en la época: El Orgulloso vago Don Quijote de la Máquina, y Aventuras de un ciclero.
Los manuales de ciclismo se ponen de moda. En Milán se publica un periódico que leen en toda Italia: “La Bicicleta”. Literariamente, es el mundo parisiense del novecientos. El escritor uruguayo Horacio Quiroga- afirma Gallego Morel- supo recoger ese ambiente en su Diario de Viaje a París que coincidió con el nacimiento del siglo XX. “Quiroga no se sitúa ante el ciclismo como espectador, sino que fue corredor y fundador del Club Ciclista Salteño”.
Desde principio del pasado siglo el ciclismo es una realidad literaria en estrecho contacto con el desarrollo de la nueva realidad automovilista que tanto condiciona la literatura. El chileno Miguel Arteche compone un soneto a la bicicleta, y el español Gerardo Diego escribe para consagrar alguna crónica a la vuelta a Cantabria.
La más famosa competición mundial es el Tour de Francia que se celebra desde 1903, galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en el año 2003.
Insistimos que la Oda a la Bicicleta, del inmenso bardo ( 1904-1973), incluida en su Tercer libro de las Odas, publicado en 1957, constituye la creación poética por excelencia sobre el tema, por su estilo y gran calidad escritural en torno al atractivo y popular vehículo de transporte, competición y recreo. Veamos algunos de sus párrafos.
Iba
por el camino
crepitante:
el sol se desgranaba
como maíz ardiendo
y era la tierra
calurosa
un infinito círculo
con cielo arriba
azul, deshabitado.
Pasaron
Junto a mí
Las bicicletas.
Obreros y muchachas
A las fábricas
Iban
entregando los ojos
al verano,
las cabezas al cielo,
sentados
en los
élitros
de las vertiginosas
bicicletas
que silbaban
cruzando
puentes, rosales, zarza
y mediodía.
Esta forma de decir con mágicas palabras, provenientes de una psique e inspiración excepcional, logran revivir en el autor de esta entrega sus años mozos, añorando el verdor y el aroma de las flores de nuestro querido e inolvidable hogar en La Cruz de Mendoza, donde Mateo insuflaba nuestro espíritu de fe y esperanza, leyéndonos a nosotros, sus hermanos, con frecuencia, el universo poético de “El Huracán Neruda”, título con el que denominó nuestro excelso vate Pedro Mir, un libro de poesía de exaltación a él.

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