Odebrecht, un caso de estudio

Odebrecht, un caso de estudio

Aún no he visto una opinión, un estudio científico que analice, el caso Odebrecht enfocado en las debilidades humanas. Desde siempre hubo gente que saltó la valla y actuó contrario a la verdad. Hay innúmeros ejemplos históricos y bíblicos.
El hermano que mató al otro; el rey que envió al general al punto más peligroso del frente para que lo mataran y quedarse con la bella mujer del subalterno; el traidor que vendió al Maestro en un fallido intento de enterrar la verdad; el primero que atesoró el maná que enviaba el Señor, en fin, la lista es demasiado larga.
También es largo el trecho de la historia en el cual el hombre ha buscado enseñanzas que permiten la vida en sociedad de manera civilizada.
Principios como el respeto al derecho ajeno; el conocimiento de que somos los demás de los demás; que todos tenemos derecho a un lugar bajo el sol; que los hombres pasan, las ideas no, como dijo el francés; que todos tenemos derecho a la justa fama; que todos los hombres somos iguales y, por tanto, debemos disfrutar de los mismos derechos y cumplir con todos los deberes, han sido construidos durante muchos años de aprendizaje y enseñanzas que nunca terminan.
Nada ha cambiado desde el inicio de la creación: los seres humanos somos los mismos, lo que varía es la conducta, el modo de actuar e interactuar con familiares y amigos. Todos sabemos lo que es bueno y todos sabemos lo que es malo.
La evolución nos ha traído desde la justicia del ojo por ojo, diente por diente, cardenal por cardenal, hasta los juicios orales, públicos y contradictorios.
La evolución ha enseñado que los hombres necesitan frenos para actuar en sociedad y esos frenos son los principios morales conocidos y cuyo cumplimiento obligatorio permita vivir en paz.
Hay principios que no cambian, que son iguales para todos los humanos sin que importen la nacionalidad, la cultura, la historia.
A todo el que roba le dicen ladrón. A todo el que mata le dicen homicida o asesino; se descalifica todo el que levanta falsos testimonios, el que atenta contra el derecho a la justa fama de los demás; el mentiroso es rechazado y no se les presta atención a sus manifestaciones dañosas.
El caso Odebrecht pone sobre el tapete los peores sentimientos y prácticas de las personas, de gente que tiene como lo principal adquirir fortuna a cualquier precio, sin mirar cuáles principios se vulneran, despojándose de cualquier enseñanza o ejemplo de honradez que hayan recibido.
Lo más grave es que al mismo tiempo en distintos países una empresa lograra destapar la Caja de Pandora y que se desataran todos los males sobre el continente. Eso, es digno de estudio.