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WASHINGTON (AFP).- La asamblea anual de la OEA, que se celebra a partir del domingo en Fort Lauderdale (Florida, sureste de EEUU), analizará «una serie de mecanismos de asistencia general a las democracias frágiles de la región», adelantó este viernes el Departamento de Estado.
«Vamos a hablar de una serie de diferentes mecanismos que la OEA y los países miembro puedan contemplar para quizás prestar asistencia a las democracias frágiles (…), las que tengan tensiones o dificultades», explicó el nuevo portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack.
El vocero aseguró que su país «estaba dispuesto» a hablar de dichos instrumentos durante los tres días de la cumbre, cuyo objetivo «es hacer realidad los beneficios de la democracia» en el continente.
Hace dos semanas, Estados Unidos había abierto una fuerte polémica al pedir «un plan de monitoreo de la democracia» en América Latina, interpretado inmediatamente por muchos como un mecanismo para vigilar de cerca al régimen del presidente venezolano Hugo Chávez, con el que mantiene tensas relaciones.
En un desayuno con la prensa extranjera, el canciller venezolano Alí Rodríguez ya adelantó que «todo lo que huela a intervención en los asuntos internos de otros países encontrará resistencia de Venezuela y de la inmensa mayoría de los países de América Latina».
El miércoles, el ex portavoz Richard Boucher deseó que la actual crisis boliviana sea analizada en la cumbre de Fort Lauderdale, una idea inmediatamente desestimada por las autoridades de La Paz.
McCormack presentó al nuevo secretario general José Miguel Insulza como una persona «muy dinámica» y que «tiene la visión de promover la democracia y consolidarla en la región».
La asamblea de la OEA se celebrará hasta el martes en Fort Lauderdale, bajo el lema «Hacer realidad los beneficios de la democracia».
En el proyecto de declaración final de la reunión, los 34 países miembros encomiendan a Insulza que «elabore un plan de acción (…) para fortalecer la eficacia y la aplicación de Carta Democrática Interamericana».
Al asumir el cargo el pasado 26 de mayo, el flamante secretario general había pedido precisamente «herramientas» a los países miembros para lograr una aplicación «efectiva» de dicho texto.
