Washington (EFE).- El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, pidió ayer a los 34 países miembros aumentar sus cuotas ante la delicada crisis financiera de la entidad, «en la que el gasto real es varios millones mayor de lo programado».

La Organización de Estados Americanos (OEA) analiza hoy y mañana su grave crisis económica en una Asamblea Extraordinaria que, aunque convocada a nivel de cancilleres, no ha concentrado en Washington a ningún ministro del continente.

La entidad continental, que en los últimos años ha recibido nuevos mandatos, funciona con un presupuesto anual de 79,5 millones de dólares, de los cuales EEUU aporta 59,5 millones.

La casi totalidad de los oradores dejaron clara la necesidad de una sustancial subida en las cuotas y de poner al día las aportaciones atrasadas, que hoy representan más de la cuarta parte del presupuesto anual de la OEA.

En su discurso de apertura de la Asamblea que estudia una nueva tabla de cuotas, Insulza recordó que esta escala debe tener en cuenta la capacidad de pago de los países y la determinación de estos de contribuir de forma equitativa.

Destacó que a pesar de las nuevas obligaciones encomendadas «la tendencia ha sido a reducir el presupuesto de la institución, no sólo por la natural devaluación de las aportaciones que permanecen congeladas en el tiempo, sino también por las decisiones bien precisas de reducción de cuotas».

Insulza aseguró que está haciendo todos los esfuerzos posibles para perfeccionar la «eficiencia y transparencia en el manejo de los recursos» de la OEA.

Instó a hacer un esfuerzo conjunto para aumentar los ingresos de la OEA «si es que los países miembros quieren que la organización aumente su relevancia y su presencia en los grandes temas del desarrollo, la paz, la democracia y los derechos humanos en América Latina y el Caribe».

Los asistentes a la reunión eminentemente técnica que se celebra en Washington, entre ellos el viceministro de Relaciones Exteriores de Chile, Cristián Barros, dejaron claro que podría decidirse un aumento moderado en las cuotas de determinados países, pero nunca una reducción del monto actual a las naciones con economías más débiles.

Barros dijo que Chile tiene la convicción de que se debe contribuir a dar la relevancia que los gobiernos y los pueblos del continente demandan de la OEA.

Señaló que la capacidad de pago de los países y la determinación de contribuir de forma equitativa, constituyen orientaciones para alcanzar un compromiso político que debe reflejar realidades y voluntades.

Hizo ver que los problemas presupuestarios crónicos afectan al foro regional, e indicó que el acuerdo al que se aspira debe estar dotado de fuerza para que los aportes le agreguen valor al quehacer hemisférico.

«Nos debe asistir el convencimiento de que los beneficios colectivos que obtendremos serán siempre superiores a nuestros aportes», precisó Barros.

Anunció la decisión de Chile de aumentar por encima del tope del 30 por ciento sus contribuciones «para cooperar en el logro de un consenso sobre la propuesta de Brasil» de que se establezcan aportaciones de forma equitativa.

La Asamblea también definirá el límite presupuestario de 2007, cuyo fondo regular la Secretaría General ha calculado en 88,7 millones de dólares.

Las cuotas de la OEA no han sido revisadas desde hace 16 años y un intento de adecuar el sistema vigente en las ONU fracasó en diciembre pasado.

Los asistentes a la Asamblea Extraordinaria de hoy analizan propuestas de México y Brasil en las que se indica que la nueva tabla de cuotas debe tener «en cuenta la capacidad de pago» de cada país. Las nuevas cuotas entrarían en vigor en 2007.

México ha propuesto que se use la metodología de la ONU pero teniendo en cuenta el tamaño agregado de las economías del hemisferio en base al Producto Interno Bruto cotizado en dólares ajustados por índices de paridad del poder adquisitivo.

El subsecretario de México para América Latina y el Caribe, Jorge Chen, resaltó que la adopción de una nueva escala de cuotas, resultado de propuestas económicas y políticas, «no puede ser legítima si no se alcanza por medio del consenso».