Ofensiva contra pesimismo Irak

Ofensiva contra pesimismo Irak

Washington (EFE).- El Gobierno de EEUU ha lanzado una ofensiva a todos los niveles para paliar el aumento de protestas y escepticismo sobre la marcha de la guerra en Irak, así como de las dificultades sobre el terreno para cerrar la Constitución iraquí.

La Casa Blanca desveló hoy que el propio presidente, George W. Bush, llamó por teléfono a un destacado líder de la comunidad chií iraquí para instarle a cerrar un acuerdo con todos los grupos que negocian la futura Constitución del país árabe.

Este gesto del presidente refleja que «apoyamos el proceso» y «que EEUU está ahí para ayudarles (a los iraquíes)», dijo en una rueda de prensa el portavoz de la Casa Blanca, Trend Duffy, sin citar más detalles de la conversación de Bush con el dirigente chií, Abdelaziz al Hakim.

Fuentes oficiales estadounidenses precisaron que Bush pidió a su interlocutor que no dejen a un lado a los suníes en el acuerdo definitivo sobre el borrador constitucional.

Las negociaciones continúan hoy con una nueva propuesta de los chiíes sobre la mesa dirigida a conseguir el visto bueno de los suníes y elaborada, al parecer, teniendo en cuenta el llamamiento de Bush a flexibilizar las posturas para cerrar un texto que pueda ser sometido a referéndum con garantías de éxito.

Mientras Bush agota la vía diplomática en un intento de hacer avanzar el proceso constitucional, los mandos militares de EEUU se preparan para hacer frente al incremento de la violencia que se prevé a medida que se acerque la fecha del referéndum, el 15 de octubre, y de las elecciones legislativas, previstas para diciembre.

«Esperamos que los enemigos incrementen sus ataques, especialmente a medida que se aproxima el referéndum», admitió hoy el general Joseph Taluto, jefe de la División Multinacional en la región centro-norte de Irak.

En declaraciones a la prensa de Washington efectuadas desde Irak, el general Taluto explicó que es habitual que se produzca un «vaivén» en los ataques de los insurgentes coincidiendo con acontecimientos políticos.

No obstante, añadió, «estamos totalmente familiarizados con sus hábitos» y «afrontaremos el incremento de ataques con un mínimo de dificultad».

De hecho, Taluto dijo que no considera necesario un refuerzo de efectivos, aunque tampoco descarta que lo haya.

Esta misma semana el Pentágono anunció el envío de dos nuevos batallones, con un total de 1.500 paracaidistas, para reforzar la seguridad con vistas al proceso electoral.

«Tenemos un plan que no requiere tropas adicionales» pero «si mi jefe (el responsable de la Fuerza Multinacional en Irak, general George Casey) me ofrece fuerzas adicionales las utilizaría en ciertos lugares», precisó.

En respuesta a varias preguntas sobre el efecto entre las tropas de la ola de protestas contra la guerra y de las críticas que se escuchan en Washington por la falta de progresos, el general aseguró que no existe ninguna preocupación y que los soldados están convencidos de que hacen lo correcto.

En términos similares pero más contundentes, el jefe del Estado Mayor Conjunto del Pentágono, general Richard Myers, aseguró que los soldados quieren terminar su trabajo y «comprenden que la estrategia para ganar consiste en seguir luchando contra los insurgentes y crear un ambiente propicio para que el proceso político continúe».

En una rueda de prensa en el Pentágono, Myers informó de su reciente visita a las tropas de EEUU destacadas en el extranjero y subrayó que, «pese a lo que podamos leer y escuchar aquí en Washington, nuestras tropas ven de primera mano el progreso que se está haciendo y saben que estamos ganando».

Su versión es totalmente opuesta a la de los cientos de manifestantes que apoyan el movimiento pacifista instigado por Cindy Sheehan -madre de uno de los 1.874 soldados de EEUU muertos en Irak-, y que ya han anunciado que están dispuestos a exigir por todo el país la retirada de Irak y el fin de la guerra.

Los pacifistas siguen acampados en las inmediaciones del rancho de Crawford (Texas) donde Bush pasa sus vacaciones de verano y donde mañana, sábado, también van a concentrarse un grupo de seguidores del presidente bajo el lema de «No hablas por mí, Cindy».

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