Oferta de un turismo alternativo

Oferta de un turismo alternativo

MARINA GINEBRA DE BONNELLY
En un artículo anterior escribí sobre los retos y expectativas del turismo dominicano para este año 2006. Escribí sobre la necesidad de ampliar la oferta turística, con el propósito de diversificar y hacer aún más competitiva esta importante industria que es el turismo. El turismo que estamos acostumbrados a recibir los dominicanos es el que se denomina turismo masivo tradicional, operado por empresas extranjeras que básicamente ofertan sol y playa, en base a un plan de “todo incluido”, el cual se compone de: traslados de llegada y salida, alojamiento, alimentos y bebidas nacionales, y una que otra excursión a algún lugar cercano que pueda ser de interés.

No cabe duda que el plan “todo incluido”, ha llenado su cometido. Esto así porque ha hecho crecer nuestro turismo en forma impresionante, logrando colocarse como el mayor sector generador de divisas y aún más, es considerado como el vector de mayor oferta de empleos. No obstante estas bondades, este sistema deja de incluir otros aspectos importantes, como es la integración del turista para participar de las vivencias y culturas de los lugares que visita. Igualmente el “todo incluido” no suele ofrecer a los visitantes el conocimiento de nuestra naturaleza y cultura nativa, ocasionando de esta manera que las áreas circundantes de nuestros polos o áreas turísticas no se beneficien significamente de la actividad turística de su región.

De acuerdo a estudios realizados por las Naciones Unidas, relacionados con las expectativas sobre el turismo de esta década, el turismo de masas o turismo tradicional está entrando en crisis, pues el vacacionista de estos tiempos busca más que el mero turismo contemplativo, está en busca de un turismo más activo y participativo, centrado en disfrutar e interactivar con la naturaleza y con toda expresión cultural que el medio les pueda ofrecer, proyectándose en un turismo más informado, comprometido y consciente del medio ambiente natural y cultural. Por lo que sugieren a los países promotores del turismo de masas, diversificar su oferta, ofreciendo otras alternativas en el mercado turístico.

Es por tanto saludable para nosotros estudiar la necesidad de crear nuevos mecanismos que permitan ampliar la oferta al visitante, tomando como base por ejemplo el turismo alternativo, con la participación del sector oficial, debidamente respaldado por el sector privado.

El turismo alternativo se define como un turismo que no está dentro de los parámetros del turismo masivo. Esto así, porque su oferta se basa en una serie de clasificaciones de interés para el visitante, como son la cultura del país, la naturaleza, aventura, ecoturismo (por eso muchos lo confunden con el turismo sustentable), entre otros. Otra función importante de este turismo es que es consistente con los valores naturales, sociales y comunitarios y permiten una relación interactiva y más positiva entre locales y visitantes, creándose un turismo vivencial que se traduce directamente en mejoría del medio ambiente y mayores ingresos para el nativo.

En otras palabras, cada tipo de turismo de esta clase es una manera de darle un nombre a una actividad o evento que pueda comercializarse en una nueva o distinta experiencia para el visitante, que permita ampliar y ofrecer nuevas ofertas y continuar en el marco de la competitividad.

Esta clase de turismo se ha convertido en un fenómeno que va más allá del mero transporte y hospedaje. Es un sistema bastante complejo que incide en procesos culturales, sociales y económicos de manera muy definida. En países eminentemente turísticos están creando direcciones específicas sobre cómo incentivar el turismo alternativo.

A continuación listamos algunos de los servicios sociales que se derivarían de esta modalidad turística: promueve la participación y organización social de las comunidades, eleva la calidad de vida comunitaria, difunde valores locales y nacionales, crea fuentes de trabajos en las comunidades, son actividades económicas rentables.

En otras palabras no perdemos nada en emprender este novedoso plan siguiendo una estrategia planificada y estudiada, que nos permita implementar el turismo alternativo, claro está sin desatender a nuestro turismo masivo, pues definitivamente tenemos más de 60,000 habitaciones turísticas que debemos ocupar.

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