Ofertas universitarias y necesidades reales

Ofertas universitarias y necesidades reales

Escuchemos lo que nos ha reafirmado la doctora Laura Peña Izquierdo: En nuestro país existe una profunda brecha entre la oferta académica de las universidades y otros centros de estudios y la demanda real del sector productivo. Este es un reclamo de muchísimos años que han hecho entidades locales vinculadas a los sectores productivos, expertos y organismos internacionales. A decir verdad, esta brecha no debe existir y mucho menos tener la característica de profunda.

En buen criollo, este breve pero contundente diagnóstico, o, para mejor decir, esta expresión hija –de seguro— de estudios profundos, nos refiere que por años el aparato productivo camina por un lado y la producción de técnicos y profesionales anda por otro.

La misma doctora Peña Izquierdo nos ha señalado cuáles son los efectos de esta realidad: la competitividad del mercado laboral queda afectada. Y, obvio, también el aparato productivo de la nación sufre.

Puede leer: Llegó el momento de la cautela frente a Haití

La realidad es que el país cuenta con más de 50 universidades, que crecen como la verdolaga, y cientos de politécnicos y centros especializados en la enseñanza de determinados oficios. Varias de estas universidades son de alta calidad, incluso reconocidas en rankings internacionales, igual que politécnicos. Sobresalen en todo el grupo el Infotep y el Itlas, ahora reproducidos en varias provincias.

Aun así, la brecha entre las ofertas universitarias y las demandas del aparato productivo es “profunda”.

¿Qué hacer, entonces?

En primer lugar, abandonar el camino que hemos seguido por casi 50 años. No podemos seguir graduando profesionales y técnicos que cuando van al mercado de trabajo se frustran porque no hay lugar para ellos o porque su formación no responde a las necesidades de una economía en amplio desarrollo como la dominicana.

En segundo lugar, seguir el consejo que nos ofrece la doctora Peña Izquierdo: Acercar las partes, empresas y empresarios, universidades y centros politécnicos y las autoridades del Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología. Estos grupos pueden identificar, en una mesa de trabajo creada con vocación de encontrar soluciones para la “brecha”, las necesidades de recursos humanos del aparato productivo del país, sus calificaciones y hasta la cantidad. Y pueden identificar, además, áreas concretas de colaboración.

¡Hagámoslo, que podemos!

Más leídas

Publicidad